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La normativa establece umbrales de temperatura en interiores, pero no en exteriores

La muerte de una trabajadora de la limpieza de Barcelona al acabar la jornada laboral en plena ola de calor ha hecho encender las alertas sobre la peligrosidad de trabajar en condiciones de extremo calor. La primera pregunta que nos viene a la cabeza es si hay alguna temperatura máxima permitida para desarrollar determinadas tareas en la calle, y la respuesta es que no.
Claridad en las temperaturas en interior
Cuando se trata de espacios en interiores, la ley es clara.
- Entre 17 y 27 grados, si se realizan trabajos sedentarios de oficina o similares
- Entre 14 y 25 grados, en caso de hacerse lo que llaman "trabajos ligeros"
Además, la humedad relativa debe situarse entre el 30 y el 70 %, excepto en los locales donde haya riesgo por electricidad estática (en estos casos debe ser inferior a 50).
En exteriores, no hay máximos ni mínimos
Si en interiores la normativa está muy definida, en exteriores se podría decir que se vuelve más confusa. Lo que queda claro es que en el momento que hay alertas naranjas o rojas de organismos como la Agencia Estatal de Meteorología —o, en el caso de Cataluña, el Meteocat—, sí es obligatorio adaptar las condiciones de trabajo. Y entonces, las empresas pueden reducir o modificar la jornada e, incluso, detener la actividad.
¿Qué pasa si no hay alerta meteorológica?
La ley obliga a proteger al trabajador siempre. Si se detecta alguna situación de riesgo —con o sin alerta— la empresa debe actuar. En este sentido, la responsable de Salud Laboral de la federación de Hábitat de CCOO, Mónica Penas, explica que no solo se debe tener en cuenta la temperatura. Reivindica que también hay que tener presente la humedad —que hace sudar más y, por lo tanto, perder líquidos—, la ropa que lleva el trabajador o el tipo de trabajo que hace.
A la hora de alertar de los riesgos, Penas sitúa como pieza clave a los comités de empresa: "Tienen la obligación de actuar si detectan alguna situación peligrosa". De hecho, a menudo las empresas pactan con el comité que, ya de manera preventiva, a partir del 1 de junio se adelanta la jornada para evitar trabajar en las horas centrales del día.
El trabajador puede parar por "riesgo grave inminente"
Más allá de la empresa y los sindicatos, la ley de prevención de riesgos laborales de 1995 establece que toda persona trabajadora tiene derecho a detener el trabajo si cree que esa tarea la pone en riesgo. En estos supuestos, explica Penas, el empleado debe hablar con su superior y decirle que necesita detener la actividad por riesgo grave inminente.
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