domingo, 13 de julio de 2025

El deshielo de los glaciares podría incrementar la explosividad y frecuencia de erupciones volcánicas

 


En los últimos años, el deshielo acelerado de los glaciares se ha convertido en uno de los signos más evidentes del impacto del cambio climático sobre nuestro planeta. Sin embargo, recientes hallazgos científicos señalan que sus efectos pueden ir mucho más allá del aumento del nivel del mar o la desaparición de hábitats polares. Según una investigación internacional presentada durante la conferencia europea de Geoquímica de Praga, la retirada de grandes masas de hielo podría desencadenar erupciones volcánicas más frecuentes y violentas en diferentes zonas del mundo.

Este nuevo vínculo entre el retroceso glaciar y la actividad volcánica exige una atención especial de la comunidad científica y de los organismos de vigilancia, ya que podría afectar a regiones donde hasta ahora apenas se habían contemplado riesgos volcánicos significativos. Las conclusiones del estudio añaden una dimensión inesperada dentro del actual contexto de calentamiento global.

El papel de los glaciares en la actividad volcánica

La relación entre la presencia de glaciares y el comportamiento eruptivo empezó a investigarse en Islandia hace algunas décadas, pero hasta ahora no se había profundizado en sistemas volcánicos ubicados en zonas continentales. El trabajo actual, liderado por Pablo Moreno-Yaeger de la Universidad de Wisconsin-Madison, se ha centrado en seis volcanes de los Andes del sur de Chile, analizando cómo sus fases eruptivas estuvieron ligadas a los avances y retrocesos de la gran capa patagónica de hielo. La historia volcánica y los cambios en la cobertura de hielo ofrecen pistas sobre esta relación.

El equipo empleó técnicas como la datación por argón y el análisis cristalográfico en muestras de rocas volcánicas antiguas. Gracias a ello, determinaron que durante el máximo glacial (hace unos 26.000 a 18.000 años), el enorme peso de los glaciares limitó la magnitud de las erupciones, permitiendo que el magma rico en sílice se acumulara a profundidades entre 10 y 15 kilómetros.

Cuando la capa de hielo empezó a retroceder drásticamente al final de la última glaciación, esa pérdida repentina de presión originó la relajación de la corteza y facilitó la expansión de los gases magmáticos, desencadenando erupciones mucho más explosivas.

El deshielo como detonante de volcanes dormidos

Lo más relevante de estas investigaciones es que el fenómeno no se limita a Islandia ni a los Andes chilenos. Actualmente, cientos de volcanes inactivos bajo el hielo en el mundo, especialmente en áreas como la Antártida, Norte de América, Nueva Zelanda o Rusia, podrían volverse mucho más activos si continúa la tendencia actual de deshielo acelerado. La reactivación de estos volcanes podría tener consecuencias impredecibles en el equilibrio geológico global.

Según los autores, la clave para que ocurra una mayor explosividad es la existencia previa de una gruesa cobertura glaciar sobre las cámaras magmáticas. Cuando esa “tapa” natural disminuye, la presión se libera y se facilita la eclosión de erupciones de gran energía. La comunidad científica destaca que, aunque la reactivación magmática puede tardar siglos en completarse, en una escala más rápida desde el punto de vista geológico, la respuesta de los volcanes al deshielo es casi inmediata. Para conocer más detalles sobre la reactivación volcánica y su relación con el cambio climático, se puede consultar el caso del volcán Aconcagua y otros sistemas volcánicos.

Esto requiere intensificar la vigilancia y el monitoreo en estas zonas, donde el riesgo podría incrementarse en las próximas décadas como resultado directo del cambio climático.

Consecuencias globales: clima y bucle de retroalimentación

Las repercusiones de este proceso no se detienen en el ámbito geológico. El aumento de la actividad volcánica puede tener efectos profundos en la atmósfera y el clima. A corto plazo, las emisiones volcánicas liberan aerosoles que reflejan la radiación solar, provocando un enfriamiento temporal de la temperatura global. La erupción del monte Pinatubo en 1991 fue un ejemplo destacado, causando una disminución media de 0,5 ºC en la temperatura mundial.

Sin embargo, si las erupciones se multiplican debido al retroceso de los glaciares, la acumulación de gases de efecto invernadero, como el CO₂, podría potenciar aún más el calentamiento global. Los expertos advierten sobre un círculo vicioso: el calentamiento global provoca el derretimiento de los glaciares, lo que activa volcanes, y estas erupciones liberan gases que incrementan aún más el efecto invernadero.

Un desafío para la vigilancia y la ciencia

Los resultados de este estudio aportan una comprensión más global e integral de los riesgos naturales en la era del cambio climático. Conocer cómo interactúan los glaciares y los volcanes permite anticipar escenarios de emergencia y fortalecer los sistemas de alerta temprana, fundamentales en áreas con comunidades próximas a zonas volcánicas cubiertas de hielo. Además, estas investigaciones ofrecen información valiosa para mejorar las predicciones sobre los impactos del cambio climático y diseñar políticas ambientales más eficaces.

Las autoridades, junto a los equipos científicos, deberán continuar perfeccionando el monitoreo y el estudio combinado de glaciares y sistemas volcánicos en las regiones más vulnerables a estos cambios. La vigilancia de la actividad sísmica y volcánica, junto con la observación del retroceso glaciar, será esencial para reducir riesgos tanto humanos como medioambientales.

El entramado natural que conecta deshielo, vulcanismo y cambios climáticos muestra cómo problemas aparentemente separados pueden estar intrínsecamente ligados y cómo el equilibrio del planeta depende de la interacción entre sus sistemas más complejos. Integrar la geología volcánica y el estudio del deshielo en la planificación ambiental es un paso clave para enfrentar los desafíos climáticos y reducir el riesgo de desastres futuros.

Glaciares derritiéndose por el cambio climático
Erupciones volcánicas y retroceso de glaciares
Impacto global del deshielo glaciar
Vigilancia de volcanes bajo glaciares




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