Metropoli

El lago del Parc de la Creueta del Coll vuelve a ser una de las opciones más económicas y singulares para combatir el calor, pero su éxito genera largas esperas y aforo completo desde primera hora
Cada verano, cientos de barceloneses buscan refrescarse sin salir de la ciudad ni vaciar el bolsillo. Y muchos de ellos ponen rumbo a una de las piscinas públicas más baratas y originales de la capital catalana: el lago del Parc de la Creueta del Coll, en el distrito de Gràcia.
Sin embargo, lo que para algunos es un oasis accesible, para otros se ha convertido en una experiencia frustrante.
"Es superpequeña, con unas filas enormes. Ni siquiera lo intentamos porque la fila daba la vuelta", denuncia una usuaria en reseña. “No vale la pena a menos que vivas al lado y madrugues”, sentencia otra crítica. Comentarios como estos se repiten en la actual temporada de baño, marcada por una alta demanda y una capacidad limitada a 800 personas.
Un lago convertido en piscina pública
La piscina de la Creueta del Coll abrió sus puertas el pasado 7 de junio y permanecerá operativa hasta el 7 de septiembre, con horario ininterrumpido de 9:30 a 20:00 horas.
Se trata de un lago artificial de más de 2.100 metros cuadrados y tan solo 60 centímetros de profundidad, lo que lo convierte en una alternativa segura para familias con niños pequeños.
El precio es, sin duda, su gran atractivo: desde 2,75 euros por entrada individual, con posibilidad de adquirir bonos de 10 sesiones por poco más de 20 euros.
También se pueden alquilar tumbonas por 3,30 euros al día (o medio día), y existe un pequeño equipamiento con baños públicos, vestuarios y áreas de sombra.

La piscina del parque de la Creueta del Coll
Un entorno único, entre naturaleza y arte
Más allá del precio, el recinto destaca por su singular ubicación. Está situado en el centro del parque urbano de la Creueta del Coll, construido en 1976 sobre una antigua cantera.
Preside la piscina una escultura monumental de Eduardo Chillida, Elogi de l’Aigua, suspendida sobre el agua. A su alrededor, una gran plaza de 60.000 metros cuadrados ofrece zonas de pícnic, área infantil, pistas de petanca y mesas de ping-pong.
No es una piscina convencional, pero sí una de las más singulares de Barcelona.
¿Cómo llegar en transporte público?
Para llegar, la forma más rápida es tomar la línea 5 del metro hasta la parada El Coll – La Teixonera, aunque el acceso final al parque implica subir cuestas, lo que algunas personas también han señalado como un inconveniente.
También hay autobuses, como el 22, que te dejan muy cerca del recinto.

El parque de la Creueta del Coll
Ambiente familiar y buena atención
Pese a estas críticas, muchas reseñas valoran positivamente la experiencia: el ambiente familiar, la posibilidad de llevar sombrilla y sentarse en el césped, y la atención del personal.
Otros usuarios también destacan que el espacio está bien cuidado y que, por lo general, los baños se mantienen limpios.
¿Vale la pena?
La respuesta depende de las expectativas y del horario. Si se vive cerca, se llega pronto y se evita el calor más intenso del día, sí puede ser una buena opción para darse un chapuzón sin salir del barrio ni gastar demasiado.
Pero si se llega tarde, sin entrada previa, en fin de semana o tras un largo desplazamiento, la experiencia puede resultar decepcionante por la saturación y las colas.
Aun así, el lago de la Creueta del Coll sigue siendo una joya escondida en plena ciudad, un ejemplo de cómo reutilizar un espacio urbano para ofrecer ocio accesible y singular.
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