El fenómeno de los Labubu llega a Barcelona con la apertura de la primera tienda de Pop Mart, la primera que vende estos y otros peluches chinos en la ciudad. Hay jóvenes que han hecho noche en la calle y hay quienes no han dudado en esperar hasta cuatros horas para poder entrar en el establecimiento. Tanto es así que una larga cola ha recorrido el Portal de l'Àngel, desde la parte baja y hasta la plaza de Cataluña.

Un sueño hecho realidad

Y una vez dentro... llega el momento de elegir y revolver para conseguir uno de los soñados peluches de nueve dientes. Hay tantos que es difícil escoger uno. Por eso, hay algunos jóvenes que incluso se olvidan del presupuesto inicial. Este es el caso de la Meryu, que se había establecido un límite de 200 euros y finalmente se ha gastado 500.

Entre los clientes hay sobre todo público local, aunque también se pueden ver algunos extranjeros. Es el caso de la Silong, una joven china que está estudiando en Barcelona, y aprovecha la apertura de esta tienda para comprar un ejemplar. "Hemos venido porque en China es imposible encontrarlos", asegura.

Agotados en menos de dos horas

El Labubu con más pretendientes de la mañana ha sido el Labubu Sushi, que se ha agotado en menos de dos horas. Esto ha causado indignación entre algunos amantes de estas figuras, que cuando lo han sabido incluso han llegado a marcharse de la cola para entrar en la tienda. También se ha agotado el Labubu Gamba de Wacky Mart y el Sakura Cardcaptor.

Más allá del Labubu Sushi, en este establecimiento también se pueden encontrar ejemplares que pueden llegar a los 200 euros. Es el caso del Angels in Cloud y del I Found You, que según han explicado los responsables del establecimiento a betevé, están guardados en una vitrina.


La Guardia Urbana evita la reventa

A pesar de la gran afluencia de gente, no se han registrado incidentes para entrar en el establecimiento. Personal de seguridad privada ha limitado la entrada de clientes de cinco en cinco para evitar aglomeraciones. Afuera también se han desplegado agentes uniformados y de paisano de la Guardia Urbana, que han evitado la reventa de algunos de los ninos más buscados.