El 14 de octubre de 2024, la misión Europa Clipper de la NASA despegó desde el Centro Espacial Kennedy en Florida rumbo a la cuarta luna más grande de Júpiter. Su objetivo es evaluar el potencial de la luna para albergar vida en el vasto océano bajo su corteza helada. Aunque la Europa Clipper supone un hito en la capacidad de la humanidad para estudiar los océanos de otros mundos, los océanos de la Tierra aún conservan muchos misterios sin resolver por la ciencia.
Sin salir de nuestro planeta, científicos del Woods Hole Oceanographic Institute (WHOI) y de la Universidad de Concepción en Chile han descubierto vida nueva por sí mismos: un depredador activo hasta ahora desconocido en una de las fosas más profundas del mundo. Se recogieron cuatro ejemplares a casi 8.000 metros bajo el nivel del mar (casi tan profundo como la altura del Monte Everest) y los científicos bautizaron al crustáceo como Dulcibella camanchaca, en referencia a la palabra que significa “oscuridad” en los idiomas de los pueblos de la región andina.
Aunque su caparazón blanco le da un aspecto fantasmal, casi reminiscentemente a los Facehugger de Alien, el nombre resulta apropiado si se tiene en cuenta que este depredador vive a 7.000 metros por debajo de la zona afótica, donde reina la oscuridad absoluta. Los investigadores describieron esta nueva especie el año pasado en la revista Systematics and Biodiversity.
La Fosa de Atacama, también conocida como Fosa Perú-Chile, se extiende unos 6.000 kilómetros a lo largo de la costa. Sin embargo, frente a la costa norte de Chile, la fosa se hunde hasta casi 8.000 metros bajo la superficie, dentro de la zona más profunda del océano, conocida como zona hadal.
Durante mucho tiempo, los científicos han mostrado interés por explorar esta zona, y los descubrimientos no han decepcionado. En 2023, el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), con sede en la Universidad de Concepción, realizó un estudio de aguas profundas a bordo del buque de investigación Abate Molina, que fue donado a Chile por el gobierno japonés a principios de los 90. Una vez recuperados los ejemplares, se congelaron para su preservación y posteriormente se sometieron a análisis genómico.
Fiel a su apariencia alienígena, D. camanchaca devora a sus presas de manera estremecedora: utiliza sus apéndices raptoriales para atrapar a otros crustáceos más pequeños. (¿Te recuerda a algo?) Debido a su entorno en aguas profundas, este poderoso crustáceo, que mide apenas unos cuatro centímetros, también puede soportar presiones hasta 800 veces superiores a las que se encuentran en la superficie terrestre.
“Este hallazgo subraya la importancia de continuar explorando los océanos profundos, especialmente en el patio trasero de Chile”, afirmó Carolina González, coautora del estudio y miembro del IMO, en un comunicado. “Se esperan más descubrimientos a medida que sigamos investigando la Fosa de Atacama.”
Si algo tan pequeño puede sobrevivir en condiciones tan extremas como las de la zona hadal, quizá la misión Europa Clipper tenga alguna posibilidad de encontrar condiciones que puedan sustentar vida en el vasto y salado océano de un mundo completamente distinto.

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