Juerga en Pacha Barcelona sin mascarillas ni distancias
El nuevo cierre de las discotecas barcelonesas impuesto por la Generalitat para contener la quinta ola de la pandemia no impide la celebración de fiestas en algunas de las discotecas más míticas de la ciudad. Es el caso de Pacha, donde el pasado miércoles al menos un centenar de personas disfrutaron de una juerga en el interior del local saltándose todas las medidas de seguridad que persiguen prevenir los contagios.
MISMA ESCENA EN NUBA
Las imágenes que acompañan esta noticia muestran a los asistentes disfrutar de una fiesta de cumpleaños en una de las pistas de baile de la discoteca de las dos cerezas. Nadie lleva mascarilla y los clientes, de una franja de edad aproximada de entre 20 y 35 años, bailan pegados y algunos se abrazan.
Una situación similar se vivió ayer jueves en el restaurante Nuba, perteneciente al mismo grupo que Pacha Barcelona (Grupo Costa Este, de los hermanos Javier y Ramon Bordas). "Más que un restaurante, Nuba ayer actuaba como una discoteca", señala uno de los asistentes a la fiesta a este medio.
DISCOTECAS CON RESTAURACIÓN
Son precisamente los jóvenes el sector de la población más afectado, actualmente, por el coronavirus. Fuentes sanitarias informaban hace un par de días de que las 20 camas de la UCI del Hospital de Sant Pau están ocupadas por pacientes jóvenes que luchan contra el virus.
Fuentes del sector del ocio nocturno denuncian que se repite el escenario previo al 21 de junio, cuando las discotecas pudieron abrir por primera vez desde el inicio de la pandemia. Los negocios con servicio de restauración siguen abriendo sus puertas para ofrecer comidas. En algunos casos, sin embargo, los clientes toman copas y bailan en las salas, que hacen la función de discoteca. Pocas semanas después de la reapertura, la avalancha de contagios obligó a la Generalitat a ordenar un nuevo cierre del sector el pasado 6 de julio.
DENUNCIA CONTRA EL CIERRE
La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (Fecasarm) estudia denunciar ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) el cierre del ocio nocturno por "desproporcionado y contraproducente".