La enconada rivalidad entre los clanes de etnia gitana de los Marco y los Bocanegra provocó este lunes, en el Día de Todos los Santos, un nuevo enfrentamiento en el cementerio de Torrent pasadas las diez de la mañana.
Viejas cuentas pendientes entre estas dos familias del barrio del Xenillet que se intentaron resolver con un tiroteo en el fallecieron dos personas, una de ellas un hombre de 78 años que no tenía relación con ninguno de los clanes. El otro finado, Antonio G. G., de 44 años, pertenecía al denominado clan de los Marco. Además, Pedro G. C., el hijo de Antonio, de 20 años, resultó herido en una pierna.
Según testigos presenciales, los hechos se precipitaron cuando cuatro miembros de los Bocanegra, un padre y sus tres hijos, coincidieron en la misma calle del cementerio con cuatro familiares de los Marco, y tras un cruce de miradas desafiantes e insultos, un individuo del primer clan disparó.
La tensión en el ambiente es palpable en estos momentos en las calles del municipio valenciano. Los vecinos temen que este nuevo incidente entre estos clanes desate una especie de guerra.
Fuentes policiales no descartan que se produzcan represalias pero sí han recalcado que no creen que sea en los próximos días, ya que en estos casos el proceder de estas familias es desaparecer durante un tiempo. No obstante, todo indica que este no será el último enfrentamiento entre los Marco y los Bocanegra. La venganza parece estar servida.
Esto solo acaba de empezar, si no es hoy, será mañana, y si no al otro, encontraremos el momento"
"Esto solo acaba de empezar, si no es hoy, será mañana, y si no al otro, encontraremos el momento", manifestaron abiertamente miembros del clan Marco entre gritos cuando el hijo de Antonio abandonaba el cementerio en una ambulancia dirección al centro hospitalario donde le trataron de sus heridas de bala, según recoge el periódico valenciano Levante.
Este medio detalla que los presuntos autores del tiroteo, del clan Bocanegra, huyeron en una vieja furgoneta Ford Transit de color azul, que posteriormente fue localizada por la policía en el barrio del Xenillet. El propietario del vehículo ha asegurado que no tiene nada que ver con lo ocurrido.
La comunidad gitana expulsó a miembros de los Maco de Xenillet en 2016
Según las primeras investigaciones, el tiroteo fue una venganza por otro enfrentamiento con armas de fuego que tuvo lugar en febrero de 2016 y que se saldó con cuatro heridos, dos de ellos por arma de fuego. En esta ocasión, parece ser que los Marco intentaron era matar dos miembros de los Bocanegra, Ramón G. y su hijo Manuel G., por motivos no aclarados.
Posteriormente, la intervención policial evitó el linchamiento por parte de casi un centenar de personas de uno de los tres sospechosos de disparar a los Bocanegra. Aquellos hechos ya fueron juzgados con la absolución de tres varones por no poder probar que fueron autores de los disparos.
Tras ese suceso, según el diario Las Provincias, la comunidad gitana del Xenillet impuso su ley y decidió desterró a las familias de los miembros de los Marco detenidos por el tiroteo.
Por otra parte, hace tres años, también en el Día de Todos los Santos, la Policía Local recibía el aviso de que en el camposanto se había producido un tiroteo. No hubo pruebas del intercambio de disparos pero los agentes sí pudieron constatar se habían amenazado mutuamente.