lunes, 25 de abril de 2022

El desahucio de los chiringuitos de la Font Màgica deja a los visitantes sin bar ni lavabos públicos

 

El desahucio de los chiringuitos de la Font Màgica deja a los visitantes sin bar ni lavabos públicos





Metropoli   ..........   DAVID GORMAN



Los últimos dos chiringuitos del entorno de la Font Màgica de Montjuïc permanecen cerrados desde el pasado 9 de febrero, cuando el juez ejecutó la orden de desahucio contra la empresa COPAR, a la que el Institut Municipal de Parcs i Jardins no había renovado el permiso. Los otros dos, que operaba la misma entidad, fueron clausurados, también por orden judicial, el 28 de diciembre de 2021. Con el cierre, han desaparecido los 14 lavabos públicos que había junto a los cuatro locales.

Multitud frente a la Font Màgica, que vuelve a funcionar después de dos años / CEDIDA
Multitud frente a la Font Màgica, que vuelve a funcionar después de dos años / CEDIDA

Alejandro Díaz, responsable de este pequeño negocio familiar, se hizo cargo de los cuatro chiringuitos de la plaza de Carles Buïgas en 2016. Para ello pagaba dos cánones de 175.000 euros al año, correspondientes a la explotación de los dos establecimientos del lado Llobregat y los dos del lado Besòs. El contrato era por tres años, con la posibilidad de prorrogarlo uno más. Mientras estuvo vigente, el Ayuntamiento de Barcelona ingresó en total 350.000 euros anuales por la concesión. Pero, tal y como ha explicado el empresario a Metrópoli, el consistorio –vía Parcs i Jardins– rechazó en 2019, cuando se cumplieron los tres años, que continuase como concesionario.

DENUNCIA QUE LO HAN ECHADO SIN EXPLICACIÓN

"Llevamos más de dos años con abogados, intentando que nos concedan la prórroga. Si el inquilino la pide, se la dan casi en el 100% de los casos", señala Díaz. "Pero a mi abogada, que es la misma que tiene quien lleva los chiringuitos del Estadi Olímpic y las Piscinas Picornell, les ha causado muchos dolores de cabeza. A los demás sí que les han prorrogado. A nosotros dos, no", expresa antes de zanjar: "Nos cogieron manía, no hay otra explicación".

Cuando Parcs i Jardins rechazó la prórroga, hace ya tres años, su abogada presentó varias alegaciones para conocer el motivo pero, según cuenta, el Ayuntamiento nunca le dio una explicación. "Simplemente dijeron que tenían potestad para no concederla. Reclamamos una justificación, pero se negaron a responder", denuncia Díaz. Estuvo a la espera hasta verano de 2021, cuando le llegó la primera orden de cierre. Pero rehusó dejar la plaza y continuó trabajando.

Sede del Institut Municipal de Parcs i Jardins / GOOGLE STREET VIEW
Sede del Institut Municipal de Parcs i Jardins, que rechazó la prórroga de la concesión / GOOGLE STREET VIEW

En paralelo, se puso en contacto con el gerente de Parcs i Jardins, Francesc Jiménez Gusi, para intentar llegar a un acuerdo. "Le expliqué que quería abandonar la vía judicial porque no habíamos conseguido nada después de años. Le dije que, si me dejaban continuar hasta que saliese la nueva concesión, yo cedía los chiringuitos al Ayuntamiento. Luego entregaría las llaves cuando hubiese un nuevo concesionaro", detalla. Asegura que aceptó el trato, de palabra. Pero semanas más tarde le llamó por teléfono con malas noticias: "Me dijo que lo sentía, que el juzgado había ido más rápido, que iba a ordenar el desahucio y que no se podía parar".

25 PERSONAS SE QUEDAN SIN TRABAJO

Finalmente, el 28 de diciembre acudieron la comitiva judicial y la Guardia Urbana a ordenar el cierre de dos de los locales, con el pretexto de precintarlos si no entregaba las llaves. Hicieron lo mismo el 9 de febrero con los otros dos. Los 25 trabajadores que quedaban también han ido a la calle, y Díaz solicita que se mantenga su plaza en la nueva concesión. "Lo que más me fastidia es haber aguantado estos dos años, en los que no han funcionado las fuentes. Y justo ahora que me echan, las encienden", lamenta.

Por todo esto, desde hace dos meses y medio no hay ningún chiringuito abierto en la zona de la Font Màgica. "El Ayuntamiento ha dejado a la gente sin bar ni lavabos. Tampoco van a ingresar los 350.000 anuales que pagaba hasta ahora. Eso sí, me insinúan que podrían reclamarme más dinero por el tiempo que he tardado en entregar las llaves", afirma. Sin sus locales, alerta de que los lateros se han quedado sin competencia, "con los problemas de salubridad que conlleva". El consistorio no ha puesto en marcha todavía el concurso público para una nueva concesión, "un proceso que suele alargarse varios meses" –apunta–, por lo que calcula que los visitantes de la fuentes de Montjuïc podrían no tener acceso a bebidas o un baño hasta después del verano.

Un latero busca clientes entre los visitantes de la Font Màgica / CEDIDA
Un latero busca clientes entre los visitantes de la Font Màgica / CEDIDA

EL AYUNTAMIENTO DICE QUE LAS INSTALACIONES ESTÁN EN MAL ESTADO

Desde el Ayuntamiento mantienen que la concesión había terminado hace tiempo, y que "el concesionario no quiso abandonar los chiringuitos y al final lo hizo por requerimiento judicial". Sobre la no renovación de la licencia, las mismas fuentes municipales aseguran a este diario que "los locales y las instalaciones de suministro están en mal estado y hay que hacer obras para que lleguen los servicios de agua y luz, nuevos desagües y retirar e instalar nuevos módulos".

"Para poder retomar el servicio, se está trabajando para instalar nuevos chiringuitos provisionales y en licitar la nueva concesión", según afirman desde la alcaldía, "con tal de que antes de que acabe el verano haya servicios de bar y lavabos". Además, defienden que la relación con los trabajadores "es responsabilidad del antiguo concesionario".


domingo, 24 de abril de 2022

‘Hallan’ el continente desaparecido de la faz de la Tierra

 

‘Hallan’ el continente desaparecido de la faz de la Tierra









mitad de la masa de Eurasia y la India desapareció hace 60 millones de años, pero un grupo de científicos ha ‘hallado’ su ubicación.


Hace alrededor de 60 millones de años, Eurasia e India colisionaron y, tal vez, el fruto más impresionante de esa fricción es la cordillera del Himalaya. Un grupo de geocientíficos de la Universidad de Chicago (Illinois, Estados Unidos) ha calculado la masa de corteza continental que tenía la Tierra antes y después de ese choque y ha descubierto que la mitad de ese terreno despareció.

pixabay.com

En función de este estudio, la única manera de explicar el fenómeno es que la corteza se disolviera en el manto terrestre. De ser cierto, este hallazgo cambiaría la manera de entender los procesos tectónicos vigente hoy en día.

¿Qué sucede cuando dos placas tectónicas chocan?

Cuando dos placas tectónicas chocan, una siempre supera a la otra y la que tiene la corteza continental más gruesa y resistente se eleva sobre la que tienen una corteza oceánica más fina, que se sumerge y disuelve parcialmente en el manto de la Tierra. Sin embargo, a la corteza continental más débil del choque entre Eurasia e India no le sucedió esto porque, como es menos densa, nunca se llegó a mezclar con el manto, sino que flota en su superficie.

Tras la colisión, parte de la corteza continental menos resistente se elevó e integró el Himalaya y otra se expandió por los laterales y formó el sudeste de Asia, mientras que algunos restos terminaron como enormes sedimentaciones de depósitos en el fondo del océano.

Hallazgo sorprendente

Por su parte, los científicos de la Universidad de Chicago afirman que, en función de toda esa pérdida, «la mitad de la corteza continental involucrada en ese proceso aún está desaparecida» y que, «si hemos contemplado todas las opciones posibles en la superficie, eso significa que debe de haberse reciclado en el manto».

Imagen ilustrativaAntonio ParrinelloReuters

Además de ser, de por sí, un hallazgo asombroso, este descubrimiento permite explicar algunos fenómenos desconcertantes, como que la lava volcánica contenga plomo y uranio. Esos elementos abundan en la corteza terrestre, pero son muy escasos en el manto, con lo cual los especialistas desconocían cómo podían formar parte del magma que erupciona de los volcanes.









Canal FSemana Revelando Velo : Los Misterios de Notre Dame

 Canal  FSemana   Revelando  Velo  :   







Los Misterios de Notre Dame


Durante siglos, los constructores medievales codificaron mensajes alquímicos y los incorporaron en las estructuras que construían. Y según Fulcanelli, llegaron a componer verdaderos libros de piedra. Movidos por la curiosidad, investigamos e intentamos "leer" a una de las catedrales góticas más famosas y misteriosas, Notre Dame de París,




https://youtu.be/CfXfeqr2Ujw

Canal FSemana Un Mundo Inmenso : Villa Las Estrellas, el pueblo sin apéndices

 Canal   FSemana   Un  Mundo  Inmenso  :  








Villa Las Estrellas, el pueblo sin apéndices


Si pensamos en personas que viven en la Antártida seguramente imaginemos a personal militar o a científicos. Sin embargo, existen dos núcleos de población civil: Villa Las Estrellas y Fortín Sargento Cabral. Estos poblados de Chile y Argentina son muy especiales, ya que no hay otra población civil en toda la Antártida. ¿Cómo es vivir en el continente más inhóspito de todos? Una experiencia única: ir a la escuela en medio de ese infinito desierto blanco.




https://youtu.be/RaezIhiB4QM

Canal FSemana Misterio : El Primer Abducido de la Historia Recogido en Textos Antiguos

 Canal FSemana   Misterio  :   








El Primer Abducido de la Historia Recogido en Textos Antiguos


Existen muchos libros que por su contenido han sido relegados al olvido, o bien, excluidos de los que podíamos llamar libros oficiales. Extraemos, entre ellos, uno que relata, con todo lujo de detalles, una de las primeras abducciones de la historia, escrito hace más de 12.000 años. Fue muy apreciado al inicio del cristianismo, pero, curiosamente, fue excluido de las biblias cristianas en el siglo IV. Se trata del Libro de Enoc. Este libro menciona a los gigantes, los nefilim, que fueron engendrados por las hijas del hombre cuando se unieron a los ángeles caídos. Lo más interesante del Libro de Enoc se encuentra en el capítulo 7, el Libro de los vigilantes o de la Caída de los Ángeles, donde se habla de los ángeles caídos, estos, antes de ser castigados, enseñaron a los hombres la metalurgia, el arte de sanar, astronomía, etc. Pero, entonces, ¿por qué les castigó el Señor? Se hace una breve mención a los ángeles en el Génesis 6:2, sin embargo, en El Libro de Enoc se dan muchos más detalles, incluso, se nombra a los ángeles caídos más importantes.



https://youtu.be/h0eUuvxu8bw

Así cayó Ruad, el último bastión de los cruzados en Tierra Santa

 

Así cayó Ruad, el último bastión de los cruzados en Tierra Santa




Los cristianos sumaban ciento veinte caballeros, quinientos arqueros chipriotas y sirios, aparte de unos cuatrocientos turcópolos









El mundo cristiano emprendió contra el musulmán nueve cruzadas o guerras religiosas en disputa por el control de Tierra Santa. La novena y última, que algunos consideran sólo una prolongación de la anterior, tuvo lugar entre 1271 y 1272. La lideró el príncipe Eduardo I de Inglaterra, que tomaba el relevo de rey Luis IX de Francia, fallecido durante la octava. Una vez más terminó en fracaso y esta vez definitivo. Los cristianos tuvieron que salir de la región y el episodio postrero fue la caída de Ruad, el último bastión, en 1302.

Ruad (o Arwad) es una isla situada a unos tres kilómetros de Tartus, la antigua Tortosa, en la costa de Siria. Si hoy acoge a poco más de cuatro mil habitantes constituyendo un tranquilo pueblo pesquero, su historia recogió un amplio abanico de culturas y civilizaciones que incluyó la egipcia, la fenicia y la persa antes de helenizarse a manos de los seleúcidas y luego pasar a dominio romano. En la Edad Media se convirtió, por sus características, en una magnífica cabeza de puente para los cruzados, después de que la caída de Acre en 1291 supusiera su renuncia al Reino de Jerusalén y a su presencia en el Levante.

Ubicación de la isla de ruad frente a la actual Tartus/Imagen: NASA en Wikimedia Commons

Tan buena era aquella isla para eso que, en efecto, a finales del año 1300 fue el lugar elegido para reiniciar la conquista. Contaba además con el hecho simbólico de que el puerto de Tortosa había sido el punto por el que los cruzados habían abandonado la región para instalar el reino en Chipre, algo que llevaban muy dentro los maestres de las grandes órdenes de caballería, la del Temple y la del Hospital, porque al haber sido incapaces de defender las últimas fortalezas (las de Sarvandikar y Roche-Guillaume, en Antioquía), fueron los principales impulsores de la nueva campaña.

El plan era audaz. Consistía en abrir un doble frente contra los mamelucos, uno desde la costa siria y otro desde el interior. Éste último correría a cargo de Ghazan, el khan mongol del Ilkanato (el kanato correspondiente a Persia más la actual Azerbaiyán y centro-este de Turquía), que era musulmán pero converso, procedente del budismo, y el año anterior había llevado a cabo una incursión que le permitió conquistar Damasco; luego tuvo que abandonar esa ciudad pero convencido de que podía volver a tomarla si los cristianos atacaban Siria desde el mar. Por consiguiente, envió una embajada a Chipre para proponer a Enrique II de Jerusalén y al papa Bonifacio VIII una alianza.

Ghazan a caballo/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Enrique, asertivo, envió al khan dos galeras capitaneadas por Guy de Ibelin y Jean de Giblet como muestra de amistad para colaborar en el asedio de la ciudad de Botrun y, tras apoderarse de ella, reconstruir la fortaleza de Nefin, ambas en lo que hoy es Líbano. Era el otoño de 1299 y antes de que acabase el año Ghazan aplastó a los mamelucos en la batalla de Wadi al-Khazandar, para la que contó con una pequeña aportación de soldados templarios y hospitalarios. Los mongoles tuvieron que irse debido a la guerra civil que sufría su imperio pero prometieron regresar en un año, emplazando a los reyes europeos a tenerlo todo listo para entonces y empezar juntos una décima cruzada.

Y como había dejado in situ un pequeño ejército que campó devastadoramente por Palestina, los monarcas cristianos, efectivamente, se frotaron las manos ante aquel poderoso aliado. Lamentablemente para ellos, los mamelucos contraatacaron desde Egipto y los mongoles, inferiores en número, optaron por retirarse. Quizá eso debería haber hecho saltar las alarmas pero desde su elección como gran maestre de la Orden del Temple en 1292, Jacques de Molay estaba empecinado en organizar una nueva cruzada que lavara el nombre empañado de los suyos; algo en lo que coincidía con su colega -y rival- de la Orden de los Caballeros del Hospital, Guillaume de Villaret.

Ghazan ordena al rey de Armenia que acompañe a Kutlushah en el ataque a Damasco en 1303 (Libro de las Maravillas)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

No fue fácil porque si bien el monarca de Jerusalén era favorable a la idea de cruzada -al fin y al cabo el éxito de ésta le devolvería su verdadero reino-, una sombra de discordia se había presentado entre él y los templarios: el apoyo que Guillermo de Beaujeu, antiguo gran maestre, había prestado a otro aspirante al trono. En 1285, Enrique había sucedido a su hermano Juan I, muerto por envenenamiento, y Carlos de Anjou, rey de Sicilia, le acusó de estar involucrado. Por supuesto, Carlos tenía intereses personales, ya que María de Antioquía le había vendido los derechos sobre Jerusalén. Y resultaba que Guillermo era pariente de Carlos.

La BRUJULA VERDE

Al final, Enrique pudo retener la titularidad de Jerusalén pero le quedó un poso de amargura contra el Temple que el papa consideró necesario aplacar para salvar la idea de la cruzada. Por eso ordenó a Jacques de Molay que restableciese unas relaciones adecuadas con Chipre. El cumplimiento del mandato permitió que el gran maestre templario y el hospitalario obtuvieran la colaboración de Enrique II para fletar una escuadra de dieciséis galeras en las que se embarcaron tropas de las tres grandes órdenes religiosas (la otra era la Teutónica), además de un contingente chipriota e incluso el embajador de Ghazan, el comerciante Isol el Pisano.

La flota atacó varios puertos importantes como Alejandría, Rosetta, Acre, Tortosa y Maraclea, siendo la penúltima la considerada más adecuada para desembarcar y penetrar tierra adentro. En noviembre de 1300, con el mando conjunto de Molay y el príncipe Amalarico de Tiro (también conocido como Amalarico de Lusignan, hermano del rey), iniciaron la campaña propiamente dicha apoderándose primero de la citada isla de Ruad. Eran unos seiscientos hombres, centenar y medio de ellos caballeros templarios que no tardaron en dar el salto a Tortosa, tomándola en menos de un mes.

La caída de la ciudad fue dramática para sus habitantes, ya que sufrieron el saqueo y el pillaje de los cruzados. No obstante, éstos no tenían pensado quedarse mucho tiempo; confiando en que los mongoles estarían haciendo su parte, en Alepo contactaron con el general Kutlushah, que avanzaba por Antioquía, para llevarse una gran decepción: apenas venía con sesenta mil efectivos, muchos reclutados sobre la marcha en Armenia, porque Ghazan se había topado con un durísimo invierno en contra que había enfermado a buena parte de los suyos, obligándole a retrasar su participación.

Con aquella fuerza tan exigua cambiaba completamente el panorama. Kutlushah envió veinte mil jinetes al Valle del Jordán para proteger al gobernador mongol de Damasco, arrasando cuanto encontraron por el camino; pero una vez terminada esa razia retornó a su país. Los cristianos tuvieron que dar por terminada la aventura y volver a Chipre, aunque dejaron una guarnición en Ruad. Mientras Jacques de Molay empezaba una ruta itinerante por las cortes europeas en busca de ayuda, en noviembre de 1301 el Papa otorgó la posesión de la isla a la orden del Temple, que envió refuerzos y se dedicó a una intensa labor poliorcética.

El gran maestre recurrió a todos los grandes reyes: Eduardo I de Inglaterra, Jaime II de Aragón, Felipe IV el Hermoso de Francia… Ninguno quiso comprometerse porque en esos momentos tenían sus propios asuntos que atender, ya que los aragoneses centraban su atención en hacerse con el control de Sicilia mientras que los otros guerreaban entre sí por Aquitania. Por lo tanto, la idea de una décima cruzada se fue retrasando y, mientras, los mamelucos se prepararon para la reconquista de Ruad, que en manos enemigas constituía una verdadera espada de Damocles que no podían permitir.

Cuando Constantinopla tuvo siete emperadores en menos de un año

 

Cuando Constantinopla tuvo siete emperadores en menos de un año









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Hoy en día nos asombramos -cada vez menos- del baile de entrenadores que se traen en muy poco tiempo algunos clubes de fútbol o de los cambios constantes de gobierno en Italia, fruto del sistema multipartidista que tienen. Pero hay precedentes en la Historia -no de entrenadores, claro, sino de mandatarios- y uno de los más llamativos, tuvo lugar en Constantinopla entre 1203 y 1204: año y medio en los que hubo hasta siete emperadores, algunos simultáneamente.

El contexto de tan curiosa situación fue la Cuarta Cruzada, convocada por el papa Inocencio III para tratar de restablecer su autoridad en Europa y, de paso, solventar el fracaso de la Tercera en el intento de liberar Jerusalén. La convocatoria del pontífice no tuvo demasiada repercusión porque coincidió con un período de enfrentamientos bélicos en el continente, así que tuvo que ser la iniciativa personal de Teobaldo de Champaña la que en el año 1199, aprovechando un gran torneo, permitiera organizar un ejército al que no se sumó ningún monarca pero sí algunos importantes señores.


Dado que la ruta normal pasaba por Constantinopla pero era muy larga, los cruzados optaron por encargar a Venecia, la gran potencia marítima del momento, una flota que les trasladara a Tierra Santa vía Egipto. El coste era elevado pero asumible entre todos y las tropas fueron reuniéndose en el Lido. Sin embargo, pronto empezaron a surgir imponderables: el primero fue la muerte de Teobaldo, el líder indiscutible, quedando el mando en manos de Bonifacio de Monferrato; el segundo, que no llegaron tantas fuerzas como se esperaba, apenas doce mil hombres; el tercero, consecuencia del anterior, que ya no se podía pagar el precio estipulado, que además iba incrementándose con el aprovisonamiento diario.

Hábilmente, el Dux propuso una forma alternativa de compensarlo: conquistar Zara (actual Zadar), ciudad croata que antaño había pertenecido a la República Serenísima pero que ahora estaba bajo control de Hungría. Al enterarse, Inocencio III montó en cólera porque la misión de los cruzados era combatir a los musulmanes, no a cristianos, y amenazó con la excomunión a quien participara en aquella campaña. Pero se impuso la realpolitik y Zara cayó, sólo que el botín obtenido seguía sin ser suficiente para afrontar la deuda con Venecia; lo de ser excomulgados quedaba en segundo término. Entonces entró en escena el joven príncipe Alejo Ángelo.

Alejo era hijo de Isaac II, emperador de Constantinopla destronado por su hermano, que también se llamaba Alejo, y quien encerró a sus familiares en un calabozo. Pero el sobrino logró fugarse y anduvo dando tumbos por Europa en busca de aliados que le ayudaran a reclamar el trono. Los cruzados eran una oportunidad de oro y se ofreció a financiarles el viaje a Tierra Santa, a aportar tropas e incluso a reunificar la Iglesia si le ayudaban a conquistar su ciudad. El Dux apoyó la propuesta con entusiasmo, seguramente recordando que la capital bizantina había estado también bajo su órbita y quizá podría volver a estarlo.

El ejército cruzado sufrió algunas deserciones y fracasó en el ataque previo a otras localidades como Calcedonia o Crisópolis; no obstante, a mediados del verano de 1203 se plantó ante Constantinopla y le puso sitio. Superar sus impresionantes murallas no parecía cosa fácil, aún con la ayuda naval veneciana, pero era más apariencia que otra cosa y tan sólo un cuerpo, la guardia varega (compuesta por guerreros escandinavos y anglosajones), ofrecía garantías. De hecho, en una batalla tras otra los bizantinos acababan retirándose hasta que Balduino de Flandes lanzó una carga en cuña que penetró en las defensas y decidió el resultado final. Alejo III huyó el 18 de julio e Isaac fue liberado de su prisión y repuesto en el trono.


Isaac asoció a su hijo al poder pero la maldición de aquella Cuarta Cruzada seguía latente, pues Alejo IV no pudo cumplir su promesa y fue incapaz de reunir ni el dinero ni las tropas prometidas, dada la inestable situación política; tampoco la Iglesia Ortodoxa se mostró dispuesta a volver al redil romano. Así que hizo una nueva propuesta: que los cruzados permanecieran en Constantinopla un año, protegiendo su reinado, y durante ese tiempo la economía se recuperaría y podría buscar recursos a base de impuestos. De nuevo el Dux le apoyó y los invasores aceptaron. Lamentablemente, no se consiguió la ansiada estabilidad porque Isaac y su hijo chocaron continuamente y de ello se aprovechó Alejo Ducas -sí otro con el mismo nombre-, al que apodaban Murzuflo, yerno del huido Alejo III que ocupaba el cargo de protovestiarios (una especie de ministro).

La toma de Constantinopla (Le Jeune) | foto dominio público en Wikimedia Commons

A principios de 1204 los emperadores estaban en su cota más baja de popularidad, tanto entre sus acreedores como entre su propio pueblo, que decidió entronizar a un tercero a la vez, un aristócrata llamado Nicolás Kannavos. Alejo IV acudió una vez más a los cruzados, pero éstos exigieron su dinero y el pueblo, indignado por las maniobras de su emperador, y adecuadamente dirigido por el citado Murzuflo, se levantó en armas y le destituyó, siendo asesinado poco después. Su padre sufriría el mismo final; Kannavos escapó, pero fue detenido y encerrado. Así se coronó el quinto emperador, el propio Murzuflo, con el nombre de Alejo V.

Su primera decisión fue prácticamente la última también: en un alarde de torpeza, ordenó marchar contra los cruzados para quitarse de encima ese problema, pero le derrotaron y en abril entraron en la ciudad sometiéndola a un saqueo brutal, uno de los más sangrientos de la Historia, donde a la hora de matar no se respetó ni el sexo ni la edad de los ciudadanos. Tampoco se libraron las iglesias, despojadas y profanadas. Aquel paroxístico desenfreno duró varios días y escandalizó a toda la cristiandad. Murzuflo logró huir y reunirse en Mosinópolis con su suegro, quien le prendió y mandó cegar antes de obligarle a suicidarse.


Como hacía falta un nuevo emperador y había que ir sobre seguro, el elegido fue uno de los líderes cruzados, Balduino de Flandes, proclamado cabeza del Imperio Latino (en recuerdo de los latinos asesinados allí en el año 1182). La tarea que le esperaba era ardua porque Constantinopla estaba en la ruina absoluta debido a que los invasores se habían repartido todo proporcionalmente para saldar deudas; para afrontar los gastos inmediatos tuvo que recurrir a profanar las tumbas de emperadores y nobles.

Consiguió capturar a Alejo III, una amenaza latente, mientras los cruzados se iban marchando: unos volvían a casa renunciando a su sueño; otros insistieron en viajar a Oriente Próximo, pese a que el Papa les había librado de su promesa. Balduino moriría un año después, luchando contra el ejército búlgaro. En cuanto a Constantinopla, nunca se recuperó de aquel salvaje saqueo y aunque el Imperio Latino terminó en 1261, su decadencia fue un reclamo para los turcos, que la conquistaron en 1453.







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