Actualmente, solo un 11 % de la ropa que tiran los barceloneses va a los contenedores correctos y desde el consistorio se marcan aumentar esta cifra hasta el 15 %
El Ayuntamiento de Barcelona acaba de poner en marcha un servicio de recogida de textil a domicilio gratuito. La medida viene a complementar los puntos verdes y los contenedores naranjas ubicados en la vía pública, donde la ciudadanía puede dejar su ropa usada.
El objetivo de esta medida es aumentar la recogida selectiva de ropa y textil para poder reutilizar y reciclar. Actualmente, solo un 11 % de la ropa que tiran los barceloneses va a parar a los contenedores correctos y desde el consistorio se marcan aumentar esta cifra hasta el 15 %. De esta manera se reutilizará y se reciclará más ropa y, desde luego, el impacto ambiental será menor.
Cinco bolsas de basura
Quien se quiera desprender de ropa, complementos de vestir, calzado, toallas, sábanas o cortinas deberá llamar al 010 y pactar una franja horaria de recogida. Será necesario que la ropa ocupe, como mínimo, cinco bolsas de basura de tamaño doméstico (60 x 54 cm) o tres bolsas de basura de tamaño industrial (68 x 54 cm).
En el caso de personas con movilidad reducida acreditada, esta cantidad mínima se reduce en dos bolsas de basura doméstica o una bolsa de basura de gran tamaño.
El impacto ambiental y climático del sector textil
El sector del textil es uno de los mayores consumidores de recursos del mundo, con un enorme impacto ambiental y climático. Con este servicio se quiere dar un paso adelante para mejorar la reutilización y reciclaje de la ropa.
La ciudadanía dispone en total de 229 de puntos de recogida de ropa en espacios públicos. A estos hay que sumar la recogida privada gestionada por entidades sociales. En total, en 2022 se recogieron casi 3.800 kilos.
De la totalidad del textil que se recoge, el 60 % se reutiliza en tiendas de segunda mano, se da a Servicios Sociales o se exporta. Un 39 % se recicla y se vuelve a hacer hilo para confeccionar ropa de nuevo. Finalmente, el 4 % restante no se puede aprovechar y se debe gestionar vía valorización energética y/o eliminación.