Apenas ha reabierto sus puertas y la popular sala de La Paloma ya está enfrentando sus primeras crisis. Durante el pasado fin de semana, efectivos de la Guardia Urbana se presentaron en el local con varios furgones y realizaron una inspección tras recibir la denuncia de un vecino que se quejaba del ruido en las inmediaciones del establecimiento. Los agentes levantaron un acta por los altercados contra el local.
Se trata de un acta "injusta", según la propietaria de la emblemática sala de fiestas, Mercè March. En conversación con Metrópoli, March ha asegurado que eran unas 60 o 70 personas las que provocaron problemas de ruido en la calle del Tigre, ubicada en El Raval de Barcelona. "De estas personas, aproximadamente solo una decena las que salían del local de La Paloma o que pretendían entrar", asegura.
March narra que el ruido provenía de un local contiguo, una nueva tienda de skate que abría en las inmediaciones y que superaba el aforo permitido. "Tenían la música a todo volumen y se movían de la tienda a un bar que hay al lado y del bar a la tienda", por lo que, considera "deben haber informado mal al regidor del distrito, Jordi Rabassa", quien atribuyó el incidente a personas que salían de la sala de fiesta.
"De ninguna manera nos podemos hacer responsables de cualquier altercado que pueda producirse en los alrededores de La Paloma, menos si no tienen que ver con nosotros", expresa indignada y añade que efectivos de la policía municipal entraron a la sala y comprobaron que "se cumplía estrictamente con el límite de decibelios y de aforo".
Los problemas, detalla, continuaron porque una vez desapareció la Guardia Urbana de la calle, volvieron a abrir la tienda y volvieron a poner la música a todo volumen. "Toda la gente joven que se encontraba en las inmediaciones y que la policía dispersó fue volviendo" con el paso de los minutos.
DENUNCIAN ACOSO POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO
March ha denunciado a este medio que La Paloma, que abrió sus puertas por primera vez en 1903, está sufriendo una situación de acoso y derribo por parte del consistorio. "Entendemos que la gente tiene derecho a descansar y hemos hecho todo lo que nos ha pedido el Ayuntamiento para respetarlo","no entendemos por qué, si hemos cuplido, si estamos abriendo solo de tardes (salvo en contadas excepciones) para que los vecinos vean que tenemos buena voluntad, todavía recibimos este acoso por parte del Ayuntamiento".
También ha pedido que Jordi Rabassa acceda a concertar una reunión y que pueda comprobar que "todo se está haciendo correctamente". "Debe de haber algún interés que no entiendo para que no reabra La Paloma", reflexiona, pues "ganamos ante los tribunales, pasamos 16 años cerrados y hemos invertido un gran gran esfuerzo" para levantar persianas de nuevo.
Sobre los planes de reabrir de nuevo de forma indefinida y durante toda la noche, ha preferido no pronunciarse. Asegura que si la actitud por parte de la administración pública continúa igual habrá que replantearse qué hacer con el centenario negocio.