La Guardia Urbana se ha desplazado a la zona para impedir que se celebre otra posible fiesta nocturna en el Turó de la Rovira
Las fiestas en las baterías antiaéreas, en el Turó de la Rovira, son habituales durante las últimas semanas. Una vez se pone el sol, el público, mayoritariamente turístico, llega a los búnkeres del Carmel para añadirse a la celebración. Este sábado, una noche más, centenares de turistas han vuelto a llenar el espacio para disfrutar de la puesta de sol. La Guardia Urbana de Barcelona se ha desplazado hasta el espacio para evitar que se celebre una posible nueva fiesta ilegal durante la noche.
Los asistentes suben al espacio cargados de bolsas con alcohol, pero, una vez comenzada la fiesta, llevan a cabo acciones peligrosas e incívicas, como acercarse demasiado a los barrotes de las baterías, hacer ruido y embrujar el espacio. Las fiestas y las aglomeraciones en los conocidos como búnkeres del Carmel abren debate también entre los extranjeros, el público potencial al que se dirigen estas celebraciones, y las opiniones son diversas.
Qué piensan los turistas sobre las fiestas en el Carmel
Los búnkeres del Carmel siempre han sido un espacio turístico. Sin embargo, los extranjeros que los visitan no siempre saben la historia que se esconde. Uno de los turistas explica a betevé que "no sabía que este espacio era un museo". Sobre las fiestas que se celebran, asegura que "todo depende de qué signifique para cada uno un museo". Añade: "A mí no me parece que, por ser un museo, se lo tenga que tratar con precaución". Afirma que los búnkeres son un espacio que "invita a hacer una cerveza mientras disfrutas de las vistas, pero siempre con respeto".
Otros turistas piensan que estos espacios deben respetarse. "Me parece muy mal que la gente venga aquí a hacer cosas indebidas. Es un espacio familiar, hay niños... Se puede venir a disfrutar de las vistas tranquilamente, sin música", explica una de las turistas que se ha encontrado con la aglomeración de gente.