España es uno de los países más carnívoros de su entorno, donde cada persona consume casi 50 kilogramos de carne al año, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Esto representa casi el doble de lo que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y se traduce en multitud de visitas al supermercado. De hecho, el volumen de carne fresca que ingerimos alcanza alrededor de los 32 kilos anuales per cápita. Preferimos los animales de corral, ya que los mayores volúmenes de consumo fueron de carne de pollo y carne de cerdo. Dos tipos de productos cárnicos que son el caballo de Troya para introducir bacterias resistentes a los medicamentos en nuestro organismo.
Este es uno de los resultados del último estudio español que se presentó ayer en el Congreso Europeo de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (ECCMID 2023) de Copenhague, en Dinamarca. La investigación llevada a cabo por la Universidad de Santiago de Compostela - Lugo halló bacterias multirresistentes en el 40% de las muestras de carne de los supermercados ubicados en nuestro país.
El dato pone de relieve que España no es ajena al problema creciente de las superbacterias, que ya provocan 700.000 muertes al año por todo el mundo. Pero lejos de mejorar, la situación podría empeorar en un futuro cercano. Si no se les pone freno, se esperan alrededor de 10 millones de muertes anuales para el año 2050, según la OMS. Por este motivo, las bacterias multirresistentes ya son vistas como una de las mayores amenazas de salud pública del presente y del futuro.
En este caso, el equipo evaluó 100 productos cárnicos elegidos al azar en las superficies de venta. La investigación, iniciada en 2020, analizó la cantidad de bacterias potencialmente peligrosas presentes en ellos, como la 'Klebsiella pneumoniae' o la 'Escherichia coli' (E. coli), que causan sepsis o infecciones del tracto urinario. Las doctoras Azucena Mora Gutiérez y Vanesa García Menéndez evaluaron también los niveles de multirresistencia de estos patógenos.
¿Qué carnes tienen más bacterias? ¿Pollo, vacuno, pavo?
Las investigadoras analizaron en total 25 productos de pollo, 25 de pavo, 25 de ternera y 25 de cerdo que fueron elegidos al azar y adquiridos en supermercados de Oviedo durante 2020. Los resultados del trabajo muestran que la inmensa mayoría de ellos (73%) poseían niveles de E. coli dentro de los límites que marca la seguridad alimentaria. Solo un 5% de los productos superaban lo recomendado.
El verdadero problema es que casi la mitad de las carnes (49%) contenían E. coli multirresistente y/o potencialmente patógena. Se recuperaron y caracterizaron 82 cepas de E. coli. Además, se analizaron 12 cepas de K. pneumoniae de 10 de los 100 productos cárnicos (7 de pollo, 2 de pavo y 1 de cerdo).
La cifra más preocupante la dejan los 40 productos de los 100 analizados en total que contenían E. coli multirresistente (56 de las 82 E. coli caracterizadas). Entre estas se incluyó, por ejemplo, la E. coli productora de betalactamasas de espectro extendido o BLEE, un tipo de enzimas que confieren resistencia a la mayoría de antibióticos betalactámicos, incluyendo penicilinas, cefalosporinas y aztreonam.
El porcentaje por tipo de carne de muestras positivas con E. coli BLEE, colocó al pavo en primera posición (68%), seguido del pollo (56%), ternera (16%) y cerdo (12%). Según las investigadoras, esta mayor presencia de E. coli en carne de ave probablemente se deba a diferencias en producción y sacrificio.
De hecho, las mismas científicas ya informaron en estudios previos de altos niveles de bacterias potencialmente infecciosas y/o multirresistentes en carne de pollo y pavo. Sin embargo, en esta ocasión las muestras de otras carnes, como ternera y cerdo, también han demostrado ser portadoras de estos microorganismos potencialmente patógenos.
Además, casi el 30% de las muestras de carne (en concreto el 27%) contenían E. coli extraintestinal potencialmente patógena o ExPEC. En este caso, las bacterias poseen genes que las hacen capaces de extenderse más allá del tracto gastrointestinal y son una de las principales causas de sepsis en adultos y de meningitis en neonatos.
Como conclusión, las doctoras sugieren mejorar la vigilancia e intervenciones en todo el viaje de la carne, de la granja a la mesa, o estudiar el uso de antibióticos en medicina veterinaria. Así mismo, aportan consejos para los consumidores, como no romper la cadena del frío, cocinar bien la carne, almacenarla en la nevera o en el congelador adecuadamente y desinfectar bien los utensilios de cocina.
¿Qué es la E.coli? Síntomas
La E. coli es conocida por provocar brotes de intoxicación alimentaria, aunque la mayoría de sus cepas son inofensivas. De hecho, esta bacteria vive plácidamente y sin causar estragos en el intestino humano, como parte de la amplia gama de bacterias beneficiosas que componen el "microbioma" del cuerpo. No obstante, la E. coli también es un indicador de contaminación fecal en los alimentos.
Los síntomas de intoxicación ocurren cuando la bacteria entra al intestino. El más común es una diarrea súbita, intensa y que puede contener sangre. También puede dar fiebre, gases o cólicos. Otros signos inusuales pero graves son los vómitos, la piel pálida u orina con sangre.