domingo, 15 de noviembre de 2020

Una decena de fiestas ilegales en pleno toque de queda esta noche en Barcelona

 

Una decena de fiestas ilegales en pleno toque de queda esta noche en Barcelona


ElCaso     ...........    



Lejos quedan las noches en que en el distrito de Ciutat Vella la lista de requerimientos a los agentes de la Unidad Nocturna Operativa (UNO) de la Guardia Urbana de Barcelona se iba haciendo cada vez más larga. Con el confinamiento y el toque de queda, Barcelona, como el resto de Catalunya, vive una situación muy diferente de la de hace un año.

ElCaso.com ha acompañado a varias patrullas de la UNO de Ciutat Vella y de Sant Martí este sábado por la noche para ver qué ambiente se respira en una ciudad bajo el toque de queda. El cabo Gómez y los agentes de esta unidad, que sólo trabaja de noche, explican que la situación ha cambiado mucho. Nada se parece, de lo que han vivido los últimos años, a lo que toca vivir ahora. La mayoría de la gente cumple, sí, pero siempre hay una minoría, la más ruidosa, que causa problemas.

Justo iniciar el servicio, desde la comisaría de la Rambla, los indicativos tienen que ir a un piso de la Ronda de Sant Antoni. Una pareja de vecinos, dos personas de avanzada edad, hace horas que no pueden descansar por culpa de unos vecinos que celebran una fiesta. Desde el balcón de esta familia se puede r la música. Los agentes pueden localizar el piso, detener la fiesta y denunciar por molestias a los ocupantes del inmueble.

Fiestas ilegales, el problema de la noche de Barcelona: más de diez esta noche

Desde este primer aviso, todos los requerimientos que entran a la emisora del cabo son para lo mismo. A falta de locales de ocio en el centro de la ciudad, pisos y terrazas se han convertido en lugares para hacer fiestas  ilegales hasta altas horas de la madrugada.

Las patrullas se mueven ágiles por las callejuelas del centro de la ciudad para encontrar los bloques desde donde, algunas veces, desde la misma calle, se escucha la música a todo trapo.

En uno de los pisos los agentes encuentran a seis personas. Están seguros de que hay más, pero están escondidos. No es la primera vez que la policía los visita, hay mesas para pinchar música y una improvisada barra. Es imposible que sólo haya seis personas -que es lo que ahora permite la normativa, para reuniones públicas y privadas- pero los agentes sólo se lo pueden mirar desde la puerta medio abierta. Al ser un domicilio privado, la policía no puede entrar.

Hacen un acto de fe y denuncian sólo a las seis personas que han dado la cara. En un ático de la calle de Canvis Nous la música se puede escuchar desde la calle y cuando abren la puerta las excusas son variadas. Los agentes de esta unidad ya han escuchado, sólo en una noche, de todos los colores. En este bloque han pedido también colaboración de una unidad de refuerzo, la UREP

Los servicios que van entrando a lo largo de la noche son siempre muy similares: fiestas en pisos, molestias a los vecinos y reuniones de más de seis personas. Hacer complicadoel toque de queda no es fácil, pero los agentes no echan de menos aquellos días donde los servicios eran mucho más movidos y peligrosos.

Un bar lleno de gente en Santa Caterina

Justo cuando el cabo acaban de sancionar a un grupo de latinos que habían organizado una fiesta junto al paseo del Born, entra una comunicación urgente a la emisora.

Los Mossos d'Esquadra han encontrado una fiesta en un bar lleno de gente en la plaza de Santa Caterina. Los agentes de la Guardia Urbana se acercan para colaborar con los agentes de paisano de la policía catalana.

En el momento que la policía ha entrado en el local sólo se encontran a seis personas, aunque están seguros de que había más gente. Estaba abierto, había una fiesta en marcha y las excusas, como siempre en estos casos, son variopintas.

Pocos botellones en el centro

Hay plazas calientes con respecto a la concentración de personas: delante del MACBA o de la plaza de Castilla, al final de la calle Tallers. Los agentes de la UNO de la Guardia Urbana pasan a menudo por allí.

Un grupo de agentes de paisano, que colabora con los hombres y mujeres uniformados del cabo Gómez y sirven de pelotón avanzado para valorar la situación, encuentran a un grupo de jóvenes en una plaza. Corren y acaban todos identificados, y denunciados, en una pared de la plaza Universidad. Es uno de los momentos de máxima tensión de la noche.

Los agentes no les han visto bebiendo en la vía pública, sólo serán denunciados por no estar en casa más allá de las 10 de la noche, la hora que marca el toque de queda que ha aprobado el Govern de la Generalitat para intentar parar la propagación del coronavirus. No les acaba de gustar la situación, pero se van con la receta a otro sitio.

Multa - Guardia Urbana de Barcelona / Marc Ortín

Una de las sanciones que han impuesto, esta noche, contra un joven que no complica el toque de queda / Marc Ortín




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