Canal Historia de Barcelona :
LA PLAZA REAL, SU HISTORIA
Las obras de la Plaza Real empezaron en 1848 y acabaron en 1859. La piedra utilizada se tomó de las canteras de Montjuic. Era una plaza porticada. La misma Isabel II colocó la primera piedra del monumento. En el centro se optó por situar una escultura de hierro colado de “Las Tres Gracias” que finalmente se situó en la Rambla del Poblenou hasta que en 1926 se trasladó a la la Plaza Real. Se plantaron las palmeras y se fijaron dos farolas de luz de gas obra de Antoni Gaudí (1878), debía ser el modelo de farola para toda la ciudad pero finalmente sólo se realizaron las dos que lucen en la plaza y tres más en el Pla de Palau. La Plaza Real fue el pulmón de la ciudad vieja y rápidamente fue elegida junto a la calle Escudillers como puntos de residencia de las familias pudientes edificándose casas señoriales con altos techos de yeso . El Passatge Bacardi fue el primer pasaje cubierto de la ciudad. La zona se pobló de cafés y restaurantes como el Café Restaurante París (1862) que trajo a Barcelona, por primera vez, el hielo artificial o el Café Suizo (1857-1949), “el Suis” para los barceloneses, abierto en la plaza por dos socios italianos, Maffioli i Starna, propietarios también de la Fonda dels Falcons en la calle Escudellers. El café tenía un puerta que daba a la Rambla, por ella entraban los señores con sus esposas, por la puerta de la plaza los mismos señores entraban con sus “queridas”. En él celebraban tertulias los intelectuales de la época: Pitarra, Conrad Roure, Santiago Rusiñol, Narcís Oller... También acogió la entrega de los Premios Nadal desde su creación en 1945 hasta 1949 año que cerró definitivamente. El Glaciar acogió los Premios Nadal ese año premiando a Carmen Laforet por su novela “Nada”. Los últimos años del XIX fueron duros para la ciudad que había visto muchas revueltas obreras. En 1892 una bomba anarquista puesta en una jardinera donde habitualmente se reunía la policía secreta explotó en una Plaza Real repleta de gente matando a un trapero de 40 años e hiriendo a varias personas más. La plaza fue la puerta de entrada a la ciudad del bacalao y de las primeras monas de Pascua y del primer self service que vieron los barceloneses. Estuvo aquí la sede del diario republicano “El Diluvio” hasta el año 1929. Ese mismo año llegó a la plaza el Grand Café Restaurant Glacier tras una primera etapa en la Rambla. Los espectadores del Liceo venían aquí a cenar al nuevo Glacier tras las funciones. Os preguntareis porqué el local tiene su logo “nevado”: porque el establecimiento se hizo también famoso con la venta de helados. El establecimiento fue perdiendo fuelle con el tiempo debido a la mala gestión de sus propietarios y el ambiente enrarecido que vivió la plaza con la llegada de la venta de drogas. El café del O’Reixas llegó a agujerear las cucharillas de los cafés para que los heroinómanos no las pudieran utilizar para drogarse. En 1967 se produjo la primera detención policial por venta de hachís aunque ya en los años 30 se vendía cocaína bajo sus porches. Desde 1951 a 1987 los marines de la Sexta Flota Americana acamparon a sus anchas en Barcelona. Puede decirse que fueron los primeros cruceristas que llegaron por mar a la ciudad. Dinamizaron las Ramblas y llenaron de billetes a las prostitutas de Las Ramblas, y trajeron la Coca Cola, los tejanos, las chocolatinas y los nuevos ritmos del Jazz. Sus restaurantes preferidos para tomar fish and chips estaban el Las Ramblas: El Restaurante Amaya y el Cosmos , en éste último se atornillaban las mesas para que no fueran utilizadas como armas arrojadizas durante sus borracheras. Pero el verdadero epicentro de sus andanzas discurría, sobre todo, en los garitos de la Plaza Real: El Bar Texas y la Cervecería Colón y el Jamboree donde Tete Montoliu tocaba música de jazz . Todo acabó en 1987 cuando, en un atentado terrorista murieron dos marineros. La sexta flota ya no volvió más... Por aquel entonces también habían surgido locales tan icónicos como el Colón-jazz Cava, Kit Kat , el club de rock Sidecar, el Karma, o, poco después (1963) el tablao Los Tarantos. En los años 70 el travestí y pintor de vírgenes “Ocaña” residente en la plaza hizo que ésta y Las Ramblas fueran un oasis de libertad. Él y su íntimo amigo Nazario visibilizaron en la Rambla la homosexualidad paseando travestidos y desvestidos con sus mantones de Manila y sus abanicos. Murió en 1983 cuando unas bengalas prendieron su disfraz de Sol en su pueblo, Cantillana. Hoy hay un restaurante con su nombre en la plaza. Entre los años 1982-84, la plaza fue remodelada por Frederic de Correa y Alfons Milà, que eliminaron la circulación de vehículos y plantaron nuevas palmeras.
https://youtu.be/Lx5RriXP06s
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