Barcelona prohibirá fumar en cuatro playas a partir de mayo

Barcelona estrecha el cerco sobre los fumadores por la vía de la prohibición, incluso al aire libre. El concejal de Emergència Climática y Transición Ecológica de Barcelona, Eloi Badia, ha anunciado este martes que el Ayuntamiento no permitirá fumar en cuatro playas la próxima temporada alta de baño, del 29 de mayo al 12 de septiembre, en el marco de una prueba piloto. Serán las de Sant Miquel y el Somorrostro (en Ciutat Vella) y la Nova Icària y la Nova Mar Bella (en Sant Martí).
El objetivo, además, es que con el tiempo no se pueda fumar en ninguna de las playas de la ciudad, según ha apuntado la concejala de Salud, Envejecimiento y Cuidados, Gemma Tarafa.
El Ayuntamiento, ha explicado Badia, no podrá multar por fumar en la playa, pero sí por desacato a la autoridad si un agente de la Guàrdia Urbana pide que se apague un cigarrillo y no se le hace caso.
El concejal ha justificado la medida porque cada año unos cinco billones de colillas de cigarrillo acaban en el mar. Según datos que ha facilitado el Ayuntamiento, tardan en desintegrarse entre 10 y 12 años, y además, y liberan contaminantes metálicos que pueden resultar nocivos para la fauna marina y también para el ser humano, "debido a la ingesta de esta fauna".
El concejal ha señalado que un estudio del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo muestra que en España se fuman unos 90 millones de cigarrillos al día que suponen 32.455 millones de filtros rechazados cada año. Aproximadamente un 15%, llegan al ecosistema marino, no solo porque se tiran a la arena, sino también porque los que se tiran al suelo son arrastrados por la lluvia a los ríos o al alcantarillado.
Por su parte, Tarafa ha apuntado que "cada año en Barcelona se registran 2.200 muertes atribuibles al consumo del tabaco, un 13,8% del total".
Preguntados por 20minutos.es por la posibilidad de incrementar las multas a quienes dejan las colillas en la arena y las campañas de sensibilización en vez de optar por la prohibición, han afirmado que "no son dos cosas antagónicas". Además, han señalado que aunque las playas son espacios al aire libre, hay fumadores pasivos, porque muchas veces no hay distancia suficiente entre bañistas. También han asegurado que el hecho de ver a alguien fumando hace que aumente el deseo de fumar.
Preguntado también por este diario por la posibilidad de prohibir ir con un equipo de música y sin auriculares a la playa, Badia ha afirmado que no se ha "contemplado".
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