Botellones por doquier, el ocio nocturno con aglomeraciones y sin mascarillas y los fastos del Orgullo gay a tumba abierta. Es la imagen de un mes de julio en desescalada que contrasta con la escalada de la Covid entre la gente joven. La incidencia entre los menores de 40 años se dispara de forma explosiva con todo el riesgo que comporta para los mayores que aún no han completado la pauta de vacunación. Nada ni nadie le pone freno al frenesí de la alegre muchachada que parece vivir ajena a la pandemia. Solo una de cada diez sanciones han sido ejecutadas. Y así nos va.