Tensión en la Barceloneta por la presencia de los Mossos en el desalojo de un antiguo apartamento turístico ilegal Según los vecinos, el antiguo inquilino alquilaba el inmueble de lunes a viernes, pero los fines de semana se lo ofrecía a los turistas.

 

Tensión en la Barceloneta por la presencia de los Mossos en el desalojo de un antiguo apartamento turístico ilegal

Según los vecinos, el antiguo inquilino alquilaba el inmueble de lunes a viernes, pero los fines de semana se lo ofrecía a los turistas.

Beteve

La presencia del Brimo dels Mossos d'Esquadra ha provocado momentos de cierta tensión durante el desalojo de una mujer que vivía en un piso de la calle Rector Bruguera 32,en la Barceloneta. Más de una decena de personas, convocadas por las entidades en defensa de la vivienda, se han reunido a las puertas del edificio y se han sentado en el suelo para tratar de evitar el lanzamiento. Finalmente, sin embargo, tras encapsularlos, los policías pudieron retirarlos y el desalojo se ejecutó sin incidentes destacables.

Durante los últimos seis meses, Fairouzvivió en este apartamento. Según la Unión de Vivienda de la Barceloneta, la mujer entró, con la ayuda del barrio, para poner fin a la actividad como "apartamento turístico ilegal" por parte del antiguo inquilino. El banco afirma que había sido alquilado de lunes a viernes a otro inquilino, pero los fines de semana fue expulsado para poder ofrecerlo a los turistas y obtener más dinero de él.

Asimismo, la Unión de la Vivienda Barceloneta alega que había presentado una denuncia de vulnerabilidad,aunque ha sido rechazada por las autoridades judiciales. Además, se quejan de que los servicios sociales no han intervenido para tratar de encontrar una solución a la situación de Fairouz.

La propiedad no se ha cobrado por casi 2 años

La propietaria del apartamento,Assumpció Ferrer, explicó a Betevé que no tenía constancia de que se utilizara para alquiler turístico. Dice, sin embargo, que no se le ha pagado durante casi dos años, desde que el último inquilino dejó de pagar. Ferrer asegura que aunque le devolvieron las llaves, vendió otras y que el piso ha sido ocupado varias veces. También informa de que tiene una deuda eléctrica de más de 1.400 euros. Assumpció Ferrer heredó el piso de su padre y ha pasado toda su vida trabajando como pescadería en el barrio.