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GALILEO | La HISTORIA REAL de GALILEO GALILEI, el TELESCOPIO, sus inventos y su VIDA
Galileo Galilei nació en Pisa, ciudad donde se crio hasta los diez años, ya que luego su familia se trasladó a Florencia. Una vez en la capital toscana, su padre lo dejó bajo la tutela del religioso Jacopo Borghini, quien introdujo a Galileo en la abadía de Vallombrosa, situada a 30 km de Florencia. Allí estudió hasta los catorce años y, atraído por la vida retirada y espiritual, llegó a hacerse novicio, con la idea de convertirse en monje. Sin embargo, su padre, que era bastante escéptico en materia de fe, lo sacó de allí, aprovechando como excusa una infección ocular que sufrió Galileo. Un par de años después, en 1580, lo inscribió en la Universidad de Pisa, para que estudiara Medicina y ejerciera una profesión bien remunerada. Pero Galileo no estaba interesado en la medicina: le atraían más las matemáticas y la filosofía natural, y dedicó su época universitaria a ampliar sus conocimientos en esas áreas. Se cuenta que, en una ocasión, siendo todavía estudiante universitario, a Galileo le llamó la atención cómo oscilaba una lámpara de aceite colgada del techo de la catedral de Pisa, movida por las corrientes de aire, y se fijó en que, con indiferencia de la amplitud del balanceo, tardaba siempre el mismo tiempo en oscilar de un lado a otro. Más tarde, para cerciorarse, tomó dos péndulos de igual longitud y los hizo oscilar, uno con un balanceo más amplio que el del otro, y descubrió que ambos tardaban el mismo tiempo en moverse de un lado al otro. Sin embargo, según diversos eruditos, esa historia, la de que descubrió el isocronismo de los movimientos pendulares observando una lámpara, tiene más de leyenda que de realidad. Al contrario de lo que muchos piensan, Galileo no inventó el telescopio. En realidad, aunque no está del todo claro, se cree que el primer telescopio práctico fue construido en Holanda por el fabricante de lentes Hans Lippershey, quien intentó patentarlo en 1608. Al año siguiente, cuando Galileo supo que existía un nuevo invento que permitía observar los objetos lejanos mediante dos lentes colocadas en un tubo, comenzó a construir sus propios modelos, cada vez con mayor capacidad de aumento. Los telescopios de Galileo eran más potentes que el de Lippershey, desde luego, pero el invento en sí no fue idea suya. En agosto de 1609, con un telescopio de 8 aumentos, Galileo hizo una demostración ante las autoridades de Venecia desde lo alto del Campanile de San Marcos, y todos quedaron maravillados. El telescopio de Galileo no solo servía para la observación de paisajes lejanos, sino también para contemplar el firmamento. Galileo legó los derechos de su telescopio a la República de Venecia y, como agradecimiento, le duplicaron el sueldo en la universidad y convirtieron su puesto en vitalicio. Entre finales de 1609 y 1610, gracias a su telescopio de 30 aumentos –aunque la imagen que ofrecía era borrosa por lo rudimentario de su construcción y del pulido de las lentes–, Galileo pudo explorar el cielo e hizo una serie de importantes hallazgos: entre otras cosas, observó las fases de la Luna, cartografió sus cráteres y montañas y comprendió que, al contrario de lo que afirmaba Aristóteles, no se trataba de una esfera perfecta y transparente.
https://youtu.be/4NrzPle7YAI
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