Temor a que el granero de Europa deje sin pienso al campo español
El sector agrario prevé que la guerra en Ucrania provoque un desabastecimiento de los abonos y una subida de precios del cereal y los piensos
El sector agroalimentario español teme que el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania no sólo eleve aún más los precios de algunas materias primas clave para la producción agraria- como los cereales, los fertilizantes o los piensos - sino que se produzca un grave problema de desabastecimiento de los abonos para alimentar el ganado que depende en buena parte -ante la falta de producción española de este producto- del denominado 'granero de Europa', ahora en metido de lleno en el conflicto bélico.
Ucrania es el primer productor mundial de semillas, harinas y aceites de girasol y España, -deficitario en la producción de maíz- fue el segundo destino de las exportaciones ucranianas de este producto el año pasado. En concreto, España adquirió cereal por un valor de 545,37 millones de euros en la pasada campaña, de los que 510,27 millones corresponden al maíz y 23,5 millones por las adquisiciones de trigo ucraniano.
En total, España compró el año pasado a Ucrania el 27,4 % de las importaciones de maíz (2,8 millones de toneladas por valor de unos 460 millones de euros), el 17% de trigo, el 31% de las tortas de aceites vegetales y hasta el 62 % de las de aceite de girasol, además del 15,4% de las leguminosas de grano, lo que supuso, en total, unos 1.027 millones de euros para el sector agroalimentario ucraniano. Sin embargo, sólo logramos exportar a Ucrania 173 millones de nuestros productos.
Así que nada más producirse los primeros bombardeos, el campo español, que ya afronta una profunda crisis- se puso a temblar. Ahora, además de las víctimas humanas del propio conflicto en sí, el campo español teme que las consecuencias económicas de la guerra multiplique la 'tormenta perfecta' que sufre en la actualidad por otros motivos estructurales, como la desorbitada subida de los insumos en los últimos meses, los bajos precios que percibe por sus producciones agrarias y la sequía durante este invierno.
"El sector agrario español será, sin duda, uno de los damnificados. Nuestras importaciones de cereales y girasol, así como de medios de producción básicos como abonos y fertilizantes, se resentirán gravemente, lo que implicará un nuevo encarecimiento de los costes de producción para el sector", destacó Pedro Barato, presidente de Asaja.
EXPORTACIONES MENORES
Por el contrario, como se ha expuesto, España generó por sus ventas a este país unas cifras mucho más bajas, 173 millones. En este caso, el aceite y el vino españoles fueron el mejor reclamo para las exportaciones, aunque todo ello condicionado, desde el 2014 por el denominado 'Veto Ruso', es decir, la parálisis comercial (en España con repercusión sobre todo para la fruta de hueso) implantada por la Federación Rusa desde hace ocho años como consecuencia de las sanciones que desde la propia UE y otros países le impusieron por el conflicto de Crimea.
Sin poder exportar frutas, hortalizas y cítricos debido al veto comercial, los datos del Ministerio de Agricultura indican que el año pasado se exportaron a Rusia productos agroalimentarios de origen español por valor de 223,06 millones de euros, un 8,28% más que en 2020 (206 millones).
De igual manera, Barato recuerda que, "el gas y el petróleo ucranianos son la base para la producción de abonos y fertilizantes para toda Europa y el conflicto armado tendrá consecuencias graves, como un importante incremento de precios, y desde luego para el sector agrario español aquejado de una importante crisis de rentabilidad", precisa.
"En suma, un nuevo varapalo más para las explotaciones agrícolas y ganaderas españolas que se encuentran asfixiadas", destaca el presidente de Asaja, que ha pedido al Gobierno de Pedro Sánchez ponga en marcha, de forma urgente un "plan de choque" que les permita "salir a flote" de la comprometida situación en la que se encuentra.
EL PORCINO, LA SANDÍA Y LA FRUTA
Por su parte, el responsable de sectores agrícolas de COAG, Andrés Góngora, alerta del "encarecimiento de los precios por los componentes vinculados a los fertilizantes y la energía en la agricultura" por lo que "pedimos más que nunca a la Comisión Europea que fortalezca la capacidad de producción del sector primario con más protección frente a los envíos de países terceros". Esta organización agraria pone como ejemplo el sector del porcino, cuyo coste de producción en un 70% corresponde a los piensos, por lo que si el suministro de maíz ucraniano se paraliza, "aumentaría la subida acumulada del 32 % que ya ha registrado el alimento para el ganado desde hace unos meses".
Además, COAGA advierte de una aceleración del encarecimiento de los fertilizantes y la falta de agua puede tener como efecto "inminente" que la futura siembra de melón y sandía en Castilla-La Mancha y la zona del Levante "se vea muy comprometida".
AMONIO RUSO
De otro lado, el secretario de Relaciones Internacionales de UPA, José Manuel Roche, alerta sobre "el posible desabastecimiento de abono por la falta de nitrato de amonio ruso en las plantas fertilizantes". Roche considera que Comisión Europea debería haberse adelantado a esta coyuntura y haber preparado antes "un plan de contingencia que mitigue los daños" y añade que es clave "salvaguardar la soberanía alimentaria de Europa y recuerdan los terribles daños económicos que supuso el veto ruso a nuestras exportaciones tras el penúltimo episodio de este conflicto".
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