El mosaico bizantino de Madaba, el mapa más antiguo de Tierra Santa está en el suelo de una iglesia en Jordania
Unos 35 kilómetros al suroeste de Amán, la capital de Jordania, está la localidad de Madaba, famosa por la gran cantidad de mosaicos de épocas bizantina y omeya que alberga en construcciones de estas épocas (se la conoce de hecho como la ciudad de los mosaicos).
Uno de estos mosaicos, al que se conoce popularmente como mosaico de Madaba, se encuentra en el suelo del ábside de la iglesia de San Jorge, una basílica ortodoxa todavía en uso situada cerca de la puerta norte de la ciudad. Fue descubierto en 1896, pocos años después de que se asentaran en la ciudad 90 familias árabes cristianas refugiadas bajo la dirección de dos sacerdotes italianos del Patriarcado Latino de Jerusalén.
Este mosaico del siglo VI d.C. es un mapa de Oriente Medio que contiene la representación cartográfica más antigua que se conserva de Tierra Santa, Jerusalén y el delta del Nilo. No está orientado al norte sino hacia el este, de tal manera que cuando los fieles se dirigían al altar podían ver y leer todo el mapa. A pesar del limitado espacio, queda patente que las localidades están representadas siguiendo la red de calzadas romanas de la época.
Tiene unas dimensiones de 15,70 por 5,60 metros, aunque si se suman las partes perdidas se calcula que pudo medir 21 por 7 metros. En su confección se emplearon más de 2 millones de teselas.
Parece que los artistas tomaron como referencia el Onomasticon de Eusebio, un directorio de lugares y sitios geográficos compilado en el siglo IV d.C. para representar y nombrar en el mapa unas 150 ciudades y aldeas.
El elemento central del mapa, el más grande y detallado, es la ciudad de Jerusalén, donde se pueden apreciar sus calles principales y varias de las estructuras existentes en época bizantina como las puertas y las murallas, la iglesia del Santo Sepulcro, la torre de David y el Cardo Maximus, la avenida columnada que atravesaba la ciudad de norte a sur desde la puerta de Damasco a la de Sión.
Se sabe la fecha aproximada de su creación porque en el mapa aparece la Iglesia Nea (Nueva Iglesia de la Madre de Dios) erigida por el emperador Justiniano y dedicada el 20 de noviembre de 542 d.C. Sin embargo no aparece ningún edificio construido en Jerusalén después de 570, lo que limita la datación del mapa a 542-570 d.C.
También aparecen representadas ciudades como Neapolis, Ascalón, Gaza o Pelusium, de una manera tan detallada que se podrían considerar mapas callejeros.
El mosaico sufrió daños debido a incendios en la iglesia, a las obras de la nueva basílica y por la humedad, a pesar de que desde su descubrimiento el patriarca había ordenado su protección y la colocación de barandillas de hierro a su alrededor. Durante años numerosos investigadores lo estudiaron, copiaron y dibujaron.
En 1964 la Fundación Volkswagen sufragó su restauración con 90.000 marcos alemanes de la época, que fue llevada a cabo por los arqueólogos Heinz Cüppers y Herbert Donner, de la Universidad de Gotinga. Éstos lo encontraron en un patente mal estado en su estudio inicial:
Los bordes del mosaico corren especial peligro de desgastarse al caminar sobre ellos, porque no tienen un subsuelo sólido. La superficie está parcialmente dañada por los tablones de madera que actualmente protegen el mosaico; las piedras están rotas hasta una profundidad de 2 mm y se rompen fácilmente con la más mínima presión o fricción. Además, el mosaico se ha quemado en algunas partes, por lo que la superficie y los colores están dañados. La superficie está parcialmente cubierta por una fina capa de mortero muy fuerte, especialmente sobre las piedras negras
El mosaico de Madaba es el más antiguo de su tipo (de carácter geográfico) conocido, ya que no se ha encontrado ningún mosaico de suelo con representación de un mapa anterior. Gracias a él pudo localizarse la ubicación topográfica de la ciudad de Ascalón. En 1967 las excavaciones arqueológicas en Jerusalén encontraron que la Iglesia Nea y el Cardo Maximus estaban exactamente en los lugares donde el mosaico los ubicaba.
No solo eso, el mosaico sigue proporcionando sorpresas. En 2010 nuevas excavaciones encontraron una carretera desconocida que atravesaba el centro de Jerusalén, tal y como estaba representada en el mapa.
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