La historia de Halfdan, el hijo de Ragnar Lodbrok que fue rey de Northumbria
Hemos publicado aquí una serie de artículos dedicados a analizar el lado histórico de los personajes de la serie televisiva Vikings. De los hijos de Ragnar Lodbrok mereció nuestra atención, por su singularidad, Ivar el Deshuesado. Hoy vamos a echar un vistazo a otro que tuvo su importancia porque acompañó al anterior en la expedición que dirigieron a Inglaterra, la que ha pasado a la Historia como el Gran Ejército Pagano: Halfdan Ragnarsson.
Como casi todo lo que rodea al mundo vikingo en general y a la familia de Ragnar Lodbrok en particular, los datos son algo confusos. De hecho, el propio Ragnar es una figura difícil de catalogar, al reunir algunas características reales con otras legendarias; no vamos a insistir sobre ello porque ya le dedicamos un artículo en su momento. Pero la existencia histórica de sus vástagos sí está probada, otra cosa es que haya certeza plena sobre los hechos que se les atribuyen y, en algún caso, su identificación.
Es lo que pasa con Halfdan, de quien no está claro si existió como tal o es otro nombre que se da a uno de sus hermanos, Hvitsärk (así aparece en la serie); si se trata de lo segundo, en realidad sería el verdadero porque Halfdan era un nombre frecuente en el mundo vikingo mientras que hvitsärk es un término que significa «camisa blanca», con lo cual se trataría de un apodo de ese personaje. Esa duda se sustenta en el hecho de que las sagas que mencionan a uno omiten al otro y viceversa, lo que resulta bastante sospechoso.
Además de las célebres Gesta Danorum y la Crónica Anglosajona, las sagas principales sobre esa familia son Völsunga, Ragnar Lodbrok y Edda, las tres compuestas por el escaldo (trovador) Snorri Sturluson, pero también hay una dedicada específicamente a los hijos, la Ragnarssona þáttr (Relato de los hijos de Ragnar). Todas son posteriores a la época y a Hvitsärk se le menciona únicamente en esta última y en la Crónica Anglosajona.
Como sabemos, Ragnar Lodbrok tuvo una prole considerable porque, al fin y al cabo, se casó tres veces. La primera esposa fue la famosa Lagertha, una skjäldmo (escudera, guerrera) de la que se divorció pronto para contraer segundas nupcias con Þóra Borgarhjörtr (que fue la que le regaló las calzas de pelo que le caracterizaban, pues eso significa Lodbrok). Finalmente, tuvo un tercer matrimonio con Aslaug, sin contar varias amantes. El fruto de esa intensa vida amorosa fue una docena de hijos.
Aslaug fue la madre de la mitad de ellos, Halfdan (o Hvitsärk) incluido, teniendo como hermanos a Björn, Sigurd, Rognvald, Guthrod y el mencionado Ivar. En la serie Vikings también le atribuyen la maternidad de otros dos, Ingvar y Ubbe, aunque parece que en realidad procedían de otras relaciones, de la misma manera que los guionistas sitúan a Björn como hijo de Lagertha por interés de la trama. De hecho, algunos consideran que Halfdan sería otro personaje diferente, hijo de una de las amantes y no de Aslaug. Ya dijimos antes que la incertidumbre es la tónica general en estos asuntos.
Si la infancia y juventud de Halfdan resultan tan etéreas, en cambio su vida de adulto es un poco más conocida por dos razones: haber dirigido junto a sus hermanos al Gran Ejército Pagano y haberse coronado como monarca de Northumbria. Como esa corona la ciñó gracias a la expedición, veamos primero cómo fue ésta. Todo empezó con la incursión que su padre Ragnar encabezó precisamente contra ese reino inglés en el año 865. Recordemos que Inglaterra no se unificaría hasta el siglo X, de la mano del rey Athelstan.
Hasta entonces estaba compuesta por una serie de reinos que se repartían el territorio: Mercia, Essex, Wessex, Anglia Oriental, Sussex, Kent y Cornualles, más el reseñado Northumbria. Éste, que era el más septentrional, había sido visitado ya por Ragnar una década antes (en lo que, según la leyenda, constituyó la primera razia vikinga en Gran Bretaña, la que saqueó el monasterio de Lindifarne, aunque en realidad esto ocurrió en el 793 y, por tanto, no pudo protagonizarlo él). El caso es que la nueva incursión fue derrotada por el rey Ælla, quien ejecutó a Ragnar.
Eso llevó a sus hijos a organizar una expedición de castigo, reuniendo para ello una colosal flota de vikingos daneses, noruegos y suecos al mando de Halfdan, Ivar el Deshuesado, Ubbe y Björn, cumpliéndose así una profecía -más literaria que verídica- que su padre había hecho a Ælla sobre que sus vástagos le vengarían. No se sabe el número de efectivos pero debió de ser importante, en torno a tres millares, en contraste con los dos modestos drakkars que había llevado Ragnar; desembarcaron en Anglia en otoño para invernar in situ y reunir caballos, difíciles de transportar en cantidad suficiente.
Con la entrada en el nuevo año, se pusieron en marcha hacia el norte e invadieron Northumbria aprovechando que Ælla estaba enfrascado en una guerra civil con Osberht, al que unas fuentes consideran su hermano y, en cualquier caso, el rey legítimo anterior destronado. Cuando los vikingos tomaron la rica ciudad de York ambos contendientes se concienciaron del peligro y firmaron un armisticio para combatirlos juntos. Sin embargo, no sólo fracasaron en su intento de reconquista de la urbe sino que perecieron en combate.
Claro que hay otras versiones. Una cuenta que Ælla habría sobrevivido y alcanzado un acuerdo para ceder a los vikingos el territorio que abarcase una piel de buey, que cortada en tiras por el astuto Ivar supuso un perímetro que se plasmó en toda en una ciudad (York para unos, Londres para otros); otra vez se nota el tono mítico y la alusión a la fundación de Cartago por Dido. De todas formas, Ivar reanudó la lucha y se hizo con toda Northumbria, capturando al rey y aplicándole un antiguo ritual pagano: abrirle la espalda al reo para cortarle las costillas y sacarle los pulmones, echando sal dentro; se denominaba Águila de sangre pero se duda de su existencia, más allá de la poesía escáldica.
Los invasores pusieron un rey títere, Ecgberht, y a continuación iniciaron la conquista de Mercia, asentándose en Nottingham. Fueron sitiados por el rey Burghred, al que ayudaba el sajón Æthelred, pero lograron resistir y pactar una retirada a York, donde se reorganizaron para atacar Anglia Oriental en el 869. Vencieron al ejército local y mataron al rey Edmundo, que pasó a integrar la lista del martirologio cristiano porque había puesto como condición para ser tributario suyo y pagar el danegeld (un impuesto en plata que los vikingos imponían a sus vasallos para financiarse sobre el terreno) el que ellos aceptaran convertirse al cristianismo y le contestaron a flechazos.
A partir de ese momento, Ivar desaparece misteriosamente de la Historia -se especula que quizá fuera el rey Ímar de Dublín, que de todas maneras murió en el 873- y la atención se centra en Halfdan, que le sucedió en el mando. Como jefe, dirigió una campaña contra el reino de Wessex aprovechando la llegada de refuerzos (el llamado Gran Ejército de Verano que dirigía el danés Bagsecg). La Crónica Anglosajona refiere reiterados enfrentamientos sin que los vikingos fueran capaces de derrotar a los anglosajones -Bagsecq incluso cayó en batalla-, de ahí que Halfdan pactara una tregua con el soberano de éstos, Alfredo el Grande, que acababa de subir al trono y aceptó pagar el danegeld.
Halfdan invernó en Londres -se conservan monedas acuñadas con su nombre- y en el otoño del 872 retornó a Northumbria para sofocar una insurrección de Ecgberht. En el 874 se adueñó por fin de Mercia, imponiendo un rey títere, Ceowulf, en lugar de Burghred. Luego dividió su ejército en dos: una mitad, mandada por Guthrum, marchó hacia el sur para seguir luchando con Wessex, creando un reino que junto a otros territorios vikingos formaría el Danelag; el otro lo lideró él mismo contra los pictos. Los Anales del Ulster (una crónica de la Irlanda medieval recopilada por un amanuense llamado Ruaidhri Ó Luinín y que abarca desde el siglo V al XVI) le asimilan a un tal Albann, que estaría enfrentado con el rey dublinés Eystein Olafsson.
Éste habría sucedido a Ímar, o sea, Ivar, el hermano de Halfdan; no se saben las circunstancias, aunque sí que el Deshuesado pereció de una muerte “súbita y horrible”, de ahí que Halfdan reclamara el trono irlandés. No lo consiguió; o sí pero lo perdió pronto, a su regreso a Northumbria, donde controlaba la mitad meridional y donde además se proclamó rey de Jórvík (en alusión a su capital, York) en el 876. Al año siguiente decidió volver a Dublín para zanjar el asunto pendiente… para encontrarse con que los vikingos que estaban allí asentados desde hacía tiempo le recibían mal.
Los Fair Hearthens, como se los conocía, se enfrentaron a los Dark Heathens, los recién llegados, en una especie de guerra civil entre invasores. En la batalla de Strangford Lough no sólo se impusieron los primeros sino que Halfdan perdió la vida; nadie lo lamentó mucho porque, al parecer, era cruel y poco querido. El trono de Northumbria se quedó así vacante, tardando más de un lustro en ser ocupado, en la figura de Guthfrith.
Para entonces, el Gran Ejército Pagano ya había puesto sus ojos en un nuevo objetivo que saquear, la costa del Mar del Norte (Francia, Bélgica y Alemania), por lo que abandonó Gran Bretaña y cuando quiso retornar en el 892 fue contundentemente rechazado por Alfredo el Grande una vez más; si bien el Danelag persistió un tiempo, hasta mediados del siglo X, se acababa la época vikinga en el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario