Mazu: La legendaria guardiana de los mares de China
Ilustración de Mazu, que al caer en trance salvó a su padre y hermanos de morir ahogados en una terrible tormenta (tumblr.com)
Se dice que una noche su padre y sus cuatro hermanos salieron al mar y se vieron envueltos en una terrible tormenta. Mazu, temiendo por las vidas de sus familiares, cayó en trance y se proyectó astralmente en un esfuerzo desesperado por salvarles. De forma bastante asombrosa, Mazu obtuvo un éxito increíble, consiguiendo salvar a su padre y a tres de sus hermanos de la tempestad (o en otras versiones, a sus hermanos pero no a su padre), justo antes de que su madre la despertara del trance y rompiera el hechizo. Cuando su familia regresó a tierra firme, la historia de su gran hazaña se extendió y rápidamente llegó a ser considerada una mujer con extraordinarios poderes.
No sabemos mucho del resto de la vida de Mazu, pero sí han llegado hasta nosotros dos versiones de cómo murió y ascendió a los cielos para reunirse con los dioses: en ambas permanece célibe y virgen por decisión propia. Por un lado los taoístas afirman que Mazu escaló una montaña a la edad de 28 años y que descubrió el Tao mientras meditaba al aire libre. Inspirada, saltó desde el pico más alto y voló a los cielos para ser reconocida como diosa. La segunda versión nos cuenta cómo se lanzó al mar desesperada creyendo muerto a su padre para acabar muriendo de agotamiento mientras nadaba en su busca entre las olas tumultuosas. Este relato parece haber sido el más popular de los dos, sin duda en parte porque su muerte en este caso se relaciona con su pasión y su iconografía.
En esta última versión se dice también que se convirtió en un fantasma después de su muerte (por no haberse casado) y que su espíritu pasó a ser guardián y protector de los marineros y pescadores de China.
Imagen principal de Matsu o Mazu en Chua Ba Thien Hau (Camau Association of America), Los Angeles, 2006. Foto: Magnus Manske (Wikimedia Commons)
Como diosa, se representa a menudo a Mazu vestida de rojo, algo común entre los nadadores de la antigua China que buscaban así destacar entre los barcos y las oscuras aguas marinas. Sus ropas son habitualmente las de una emperatriz, adornada con joyas y suele empuñar además una vara o tablilla ceremonial como símbolo de su poder. Coronando su cabeza, el tocado imperial la hace fácilmente reconocible como una mujer de gran poder.
Además no siempre aparece sola en sus representaciones artísticas, sino que a veces la acompañan uno o dos demonios. El primero se llama Ojo Mil Millas, es de color rojo y tiene un solo cuerno. El segundo es conocido como Oreja Con El Viento, y es verde con dos cuernos. Se supone que eran dos demonios que amaban a Mazu y querían desposarla, pero ella decidió que sólo quien fuera capaz de derrotarla se convertiría en su marido. Ninguno de los dos lo consiguió, así que ambos demonios tuvieron que conformarse con ser sus fieles amigos y camaradas.
La estatua de Mazu más alta del mundo, 2013. Foto: Dli184 (Wikimedia Commons)
Aunque las diferentes versiones del relato entran en conflicto en algunos aspectos, podemos decir que se ha convertido en una deidad mucho más poderosa precisamente por esa razón. Sus contradicciones no alteran en absoluto la esencia de lo que fue como humana y como diosa, sino que dan profundidad a su carácter y le permiten encarnar diferentes papeles en cada caso. Como Budista, representa la compasión de Guanyin que protege a los navegantes. Como Taoísta, está profundamente versada en sus enseñanzas, hallando el Tao en las alturas de las montañas y probando así que la iluminación es posible. Finalmente, para los seguidores de Confucio, ejemplifica el lazo familiar al zambullirse en busca de sus familiares, supervivientes durante días. Mazu, en definitiva, ha resistido el paso del tiempo no sólo como protectora de los navegantes asiáticos, sino también como símbolo de las tres principales religiones chinas.
Imagen de portada: Bella imagen de Mazu, la diosa del mar en el templo de Cixian, Taipei. Fotografía tomada por Joshua Fahler, Taipei.(blog.joshuafahler.net)
Autor Ryan Stone
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