¿Qué es exactamente la alergia y por qué aparece?
- La alergia es una reacción inmune del
- organismo
- contra una sustancia normalmente inocua.
- ¿Cuánto dura la alergia al polen?.
- Cómo quitarse el miedo a ponerse la vacuna de
- la
- alergia.
La primavera trae para un gran número de personas un conjunto de síntomas potencialmente muy molesto: los de las alergias al polen de muchas plantas. Un cuadro, además, que algunos fenómenos como la contaminación atmosférica podrían estar haciendo cada vez más grave y frecuente.
¿En qué consiste la alergia?
En realidad, la alergia es una reacción inmunitaria del organismo ante una sustancia que reconoce como una amenaza, a pesar de que por lo general resulta inocua para el anfitrión.
Esta respuesta acaba produciendo una enfermedad en la persona afectada debido a los efectos colaterales de la reacción en sus tejidos; por ello, sus manifestaciones son muy diversas, en función de la o las partes del cuerpo en las que se produce la alergia.
Hay que señalar, no obstante, que aunque tradicionalmente se ha creído que la alergia respondía a una reacción exagerada ante una determinada sustancia (lo que hoy en día conocemos como hipersensibilidad), en la actualidad se considera que la alergia responde a un error no en el tipo de respuesta ni en la intensidad de la misma, sino más bien en el objetivo de la respuesta inmune.
¿Por qué aumentan las alergias?
El origen de la alergia es un asunto complejo. Como explica la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, se sabe que existe un fuerte componente genético (consistente, además, no en un único gen sino en una asociación de muchos de ellos, cada uno de los cuales aumenta ligeramente el riesgo de padecer la enfermedad), pero también intervienen factores epigenéticos, que regulan la expresión de dichos genes, y ambientales, que provocan el desarrollo del fenotipo.
Por esto, una de las explicaciones más convincentes al aumento de la prevalencia de las enfermedades alérgicas (en la actualidad, se estima que entre un 30 y un 40% de las personas padecen este tipo de condiciones) radica en la creciente concentración de agentes contaminantes en la atmósfera. Por ejemplo, se sabe que la exposición temprana a elementos como el humo del tabaco, las partículas diésel, el ozono o el dióxido de nitroso aumentan el riesgo de padecer enfermedades alérgicas.
De la misma manera, algunos de estos agentes alteran cualitativamente el polen de las plantas suspendido en el aire, lo que puede aumentar el riesgo de sufrir una reacción frente a este alérgeno en personas susceptibles; y los propios contaminantes pueden irritar las vías respiratorias, lo que puede empeorar la sintomatología en las enfermedades alérgicas que afectan a esta parte del cuerpo.
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