Con toda la Unión Europea preparando planes de contingencia para asumir un otoño energético marcado por los cortes de gas desde Rusia, algo que ya está sucediendo, la NASA ha publicado varias imágenes que probarían el destino que Vladímir Putin está dando al gas que no envía a Europa: lo está quemando.

Esas fotografías revelarían, según ha publicado el diario finlandes 'Yle Uutisten', llamas en la estación compresora Portova de Gazprom, punto de partida del gasoducto Nord Stream I y origen del servicio de envío a Alemania, ahora reducido casi al 20%.

El diario también cita el origen de las llamas a mediados del pasado julio: "La enorme llamarada de gas de Rusia se puede ver hasta Finlandia: el carbono negro que crea es una de las razones por las que las regiones del norte se están calentando el doble de rápido que otras". Por el momento, Rusia no ha hecho comentario alguno al respecto, pero esté quemando o no sus propios suministros, lo cierto es que el flujo que envía al viejo continente se ha reducido en gran medida, poniendo en un brete el otoño e invierno energético de casi toda Europa.