Una víctima por sumisión química: "Voy a sentir el pinchazo de una vacuna, pero más profunda"
Una de las cinco víctimas por pinchazos en discotecas en Barcelona explica que, ahora, no sabe si ha sido contagiada de alguna enfermedad
La Míriam Alba es una de las cinco personas de Barcelona —en Cataluña son 17, de las cuales 12 en Lloret de Mar— que han denunciado haber sido pinchadas en una discoteca con una jeringa a través de la cual se les ha inyectado una sustancia desconocida.
A todo lo que me decían, sentía que tenía que decir que sí ”
Su caso ocurrió la noche del miércoles al jueves, en la discoteca Arena Classic. El Alba explica que el pinchazo fue en la pierna: "Me hizo bastante daño porque me la pincharon muy fuerte. Voy a notar como el pinchazo de una vacuna, pero más profunda." Dice que "8 o 10 minutos después me desplomé, me quedé semiinconsciente" y, ya con poca precisión, solo es capaz de recordar que "a todo lo que me decían, sentía que tenía que decir que sí".
Su testimonio encaja con el de alguien que ha sido víctima de la sumisión química que, sorprendentemente, no ha ido a más. La Míriam lo denunció a los Mossos, y aclara que en la discoteca, cuando llegó el personal del sistema de Emergencias Médicas (SEM) para atenderla y también agentes de los Mossos d'Esquadra, los policías advirtieron que "en la zona de la discoteca donde me pincharon, no había cámaras de videovigilancia". Una de las preocupaciones de la patronal del ocio nocturno FECASARM que, a raíz de estos casos, ha comenzado a aplicar protocolos de seguridad propios.
Temor a haber sido contagiada
A pesar de este trance, una de las grandes preocupaciones de la Míriam Alba, ahora mismo, es "saber si estoy contagiada de alguna enfermedad" porque, explica, "los médicos me han dicho que, probablemente, la aguja ya la habían usado antes porque la zona del pinchazo se me infectó".
Esto, recalca, se lo han explicado ahora, tras una primera exploración en el Hospital Clínico —es el hospital de referencia en casos de agresiones sexuales— la misma noche de los hechos. Alba lamenta que aunque "no pudieron decir qué sustancia me habían inyectado", tampoco "no me hicieron ninguna analítica entonces para saber si puedo estar contagiada de alguna enfermedad".
Relata que desde que hizo público en Twitter su caso, "me han contactado médicos o policías que me han informado de que hay un tratamiento preventivo contra el VIH que era efectivo hasta los tres días después del pinchazo" y, ahora, al no haber aprovechado este tiempo, se ha hecho otras pruebas para saber si está contagiada de alguna enfermedad. Una circunstancia que, concluye, la hace estar "bastante molesta porque he descubierto por terceros la existencia de este tratamiento".
Miedo de ir a bares o discotecas
Una experiencia como esta marca, y la Míriam Alba se siente marcada. Relata que es consciente de que "alguien me eligió para hacerme algo" cuando la pincharon, una sensación que la hace tener "miedo de ir a bares o discotecas" porque, admite, "siempre crees que no te pasará nada, hasta que te pasa" y amplía esta incertidumbre a su círculo más cercano: "Una vez te ha pasado, no sabes si te volverá a pasar."
A pesar del trance, la Míriam agradece "el apoyo y el acompañamiento" de amigos y familiares, que no la han hecho sentirse sola en ningún momento.
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