Hussain tuvo que marchar del bajo, ubicado en la avenida Catalunya número 38, el pasado sábado, 14 de enero, porque un incendio lo obligó a desalojar el lugar. Sin embargo, "ronda por aquí", explica María Rosa a este medio, una vecina que encabeza desde hace tiempo la lucha contra el conflictivo delincuente.
ANTECEDENTES
Fuentes de la Guardia Urbana han explicado a Metrópoli que Hussain tiene diversos antecedentes penales, algunos de ellos por robo con violencia. "No es un hombre inofensivo", asegura María Rosa, testigo y víctima de numerosos altercados con el okupa. "Nos amenaza con cuchillos cuando va borracho. Asusta a los padres que van a buscar a sus hijos a los colegios". Se refiere a las escuelas Mercè Rodoreda y Llorenç Artigas, a pocos metros del local donde vive el okupa.
María Rosa sabe que los servicios sociales le han ofrecido ayuda, pero él la rechaza: "Lo que él quiere es fumar, beber y seguir molestando".
"NO LO QUIERE NI SU FAMILIA"
A raíz del incendio del pasado sábado, Hussain acudió a casa de su hermano y su cuñada, pero estos, según explican los vecinos de la zona, lo echaron. "No lo quiere ni su propia familia", comentan los residentes. Por ello, ahora el hombre sigue por Sistrells, "seguramente a la espera de volver a meterse", explican desesperanzados los que sufren sus consecuencias.
El local ahora aparece totalmente calcinado, sin puerta de acceso y precintado por una cinta de la policía. Fuentes municipales niegan que Hussain provocase el último incendio, tal y como se apuntó en un principio. El propio ex alcalde Xavier García Albiol así lo afirmaba en sus redes sociales: "El okupa violento instalado en la avenida Catalunya y que está amargando a los vecinos, esta noche ha provocado un incendio. Hasta que no pase una desgracia de verdad, el gobierno municipal no reaccionará en serio", aseguraba el del PP. Sin embargo, los Mossos d'Esquadra no han especificado la autoría del incidente.
BARRACA DEL BANCO
La barraca, como la llaman los vecinos, es propiedad de La Caixa y el Ayuntamiento de Badalona ya se encuentra haciendo gestiones con el banco para tapiar el acceso o, incluso, echar abajo el local.
El vecindario ya lo advirtió hace meses: "Las paredes son de tochana, puede ocurrir una auténtica desgracia. El local se cae a trozos". En efecto, el último incendio reactivó todas las alarmas: "Ya olía a quemado antes de la medianoche, pero pensé que estaría cocinando porque es lo que hace habitualmente. Enciende hogueras para comer o calentarse", explica María Rosa.
MERODEA POR LA ZONA
Tras el fuego, Hussain intentó entrar de nuevo en la barraca, sin éxito. Los agentes de la Guardia Urbana le dejaron recoger sus pertenencias el domingo, con la condición de que debía desalojar el local, pero "merodea y lo seguimos viendo", apuntan desesperados los vecinos.
María Rosa denunció la situación hace justo un año en una radio local de Badalona: "Rubén Guijarro, el alcalde, daba una entrevista y entré por teléfono para quejarme de esto. Me dijo que no me preocupase y puse a disposición del equipo de gobierno mi teléfono. Todavía espero a que alguien me llame", denuncia la mujer, harta del conflictivo okupa.
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