La Sanidad pública pasa de contabilizar 584.018 enfermos pendientes de una cirugía en junio de 2018 a los 742.518 de la actualidad
- SERGIO ALONSO ........... larazon
después de seis años de gestión estatal a sus espaldas. Cuatro años después, con las últimas cifras oficiales disponibles, correspondientes a junio de 2022, nuestro país registra 742.518 enfermos en esa situación.
En ese intervalo de tiempo de gobierno de coalición izquierdista, la cifra ha crecido en 158.500 personas o, lo que es lo mismo, un 27,1%. Así figura en el sistema de información sobre listas de espera en el Sistema Nacional de Salud (SNS) que el Ministerio de Sanidad actualiza cada seis meses.
De acuerdo con los datos oficiales, el aumento del número de pacientes en espera de una intervención quirúrgica se ha producido prácticamente en todas las regiones, con las excepciones de Castilla-La Mancha, en donde la cifra ha caído en estos cuatro años en 3.440 enfermos; la Región Foral de Navarra, en donde descendió en 1.186, y en la ciudad autónoma de Ceuta, con 212 ciudadanos menos en esta situación.
Las listas de espera constituyen una de las principales herramientas para medir el estado de salud real de un sistema sanitario, al afectar a todos los niveles asistenciales y también a todas las especialidades médicas. Según los principales expertos que las analizan, más importante quizás que la cifra total de pacientes que aguardan una cirugía es el tiempo que han de hacerlo para pasar por el quirófano.
Este parámetro también ha empeorado notablemente desde la llegada de Sánchez al poder. De acuerdo con las estadísticas recopiladas por el Ministerio de Sanidad, el PP salió del Gobierno dejando una demora media para una operación en el conjunto del país de 93 días. Cuatro años después, el tiempo se ha disparado hasta los 113 días, lo que suponen 20 días más. Sin embargo, la situación es mucho peor en algunas regiones, sobre todo las regidas por el PSOE y/o sus socios de Gobierno en esta legislatura.
A la cabeza de este negativo ranking se encuentran las comunidades de Aragón, bajo gobierno socialista, y Cataluña, bajo gobierno nacionalista. En ambos territorios la demora media para una cirugía alcanza la friolera de 151 días, 38 más que la media nacional y muy por encima de los dos territorios que mejor van en este sentido, según las estadísticas del propio Ejecutivo de izquierdas: el País Vasco, con 64 días, y la criticada Madrid de Isabel Díaz Ayuso, en donde apenas se contabilizan de espera media 65 días.
Dicho de otra forma: los pacientes aragoneses tardan de media 87 días más en ser operados en un hospital público que los enfermos vascos y 86 días más que los madrileños. Este hecho ha llevado estos días a preguntarse a numerosos especialistas y a los dirigentes del PP por las razones de las manifestaciones en la capital de España a escasas semanas de las elecciones autonómicas, y no en el feudo de Javier Lambán, en donde la Sanidad pública parece funcionar mucho peor, a la vista de los datos oficiales del propio Ministerio, que es del PSOE. O en Canarias y en Baleares, regidas también por los socialistas. En la primera la demora media es de 144 días y en la segunda, de 121. En Extremadura, presidida por el también socialista Guillermo Fernández Vara, la demora media se dispara hasta los 139 días. El único feudo popular que suspende claramente en este sentido es Castilla y León, en donde los días de espera llegan a 129.
Tampoco logra el aprobado el Gobierno de Pedro Sánchez si el análisis de la evolución de los datos se circunscribe al tiempo transcurrido en lo que va de legislatura. De acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad, el número de enfermos en espera de una operación se ha incrementado en 37.521 desde el 31 de diciembre de 2019. Como se recordará, a los pocos días el líder socialista conformó su Gobierno, en el que figuraba como ministro de Sanidad el catalán Salvador Illa. Por aquel entonces, estaban pendientes de una operación 704.997 pacientes. En junio de 2022 –la última fecha para la que hay datos disponibles–, la cifra se elevaba a 742.518, el récord histórico en el Sistema Nacional de Salud (SNS) desde que se conservan registros.
Es cierto que durante este tiempo la sanidad pública española se enfrentó a la embestida de la pandemia, lo que obligó a retrasar intervenciones programadas no urgentes en los hospitales de todo el país para poder atender en ellos a los enfermos de Covid-19. Sin embargo, la enfermedad lleva meses remitiendo y los enfermos en espera no paran de crecer.
En lo que va de legislatura, ha engordado la lista de espera quirúrgica, pero ha descendido ligeramente el tiempo de espera medio para una operación. En concreto, lo ha hecho en ocho días, al pasar de los 121 días que se contabilizaban cuando Pedro Sánchez formó el Gobierno de coalición hasta los 113 actuales. Una rebaja insustancial, toda vez que a la cifra hay que sumar el tiempo medio de espera para acceder a la consulta de un especialista, el paso inmediato y necesario para poder someterse luego a una operación programada, y el que lleva acceder a las consultas de los centros de salud, en crisis en todo el país.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad, dicho tiempo de demora para consultas externas en atención especializada era de 57 días en junio de 2018, cantidad que se elevó a 88 días en diciembre de 2019/enero de 2020. En junio de 2022 se situaba en 79 días. Desde la moción de censura en la que triunfó Sánchez, la espera en este apartado ha subido 22 días, figurando a la cabeza Andalucía, regida por los populares, con 107 días, y Canarias, gobernada por los socialistas, con 101 días. La criticada Madrid figura muy por debajo de la media, con apenas una espera de 51 días. La mejor comunidad en este sentido es el País Vasco, con 29 días.
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