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Los residentes están hartos de repetidos episodios de este tipo y los vinculan con posibles actividades ilícitas en un problemático piso
Ocurrió el pasado sábado en la calle José Millán, en pleno centro de Pontevedra. Eran sobre las cinco de la tarde. Una pelea involucró a varias personas jóvenes que incluso tuvieron que ser atendidas por efectivos del 061 y que se saldó con cuatro identificados, entre ellos algún menor, por parte de la Policía Nacional. A pesar de que alguno de los implicados sangraba abundantemente, nadie interpuso denuncia, según confirman estas mismas fuentes. Al parecer, a pesar del silencio de los implicados en la pelea, el origen de la misma está en alguna transacción de menudeo de drogas, tal y como teme la Policía ya que el piso en el que se encontraban algunos de los implicados es conocido por intervenciones anteriores. Esta reyerta es solo un episodio más de los muchos que han acabado por colmar la paciencia de los residentes en el entorno en el que se produjeron estos hechos, ya que aseguran que en este punto se está padeciendo desde hace años un grave problema de seguridad e insalubridad pública.
Residentes en la zona explican que toda la problemática gira en torno a la más que sospechosa actividad que se registra en un piso del inmueble de esa misma alle del que bajaron algunos de los individuos que se vieron involucrados en la reyerta. Y que, aseguran, es una situación que no viene de “unos meses o dos”, sino que está ya enquistada desde hace 5 o 6 años. Desde hacía muchísimo tiempo, los residentes tenían las sospechas de que en ese piso de la calle José Millán se estaban llevando a cabo actividades ilícitas. Las visitas de desconocidos eran constantes y había otros indicios que apuntaban a esta posibilidad. En 2019 la situación empeoró ya que, tras los intentos de diálogo con los ocupantes del inmueble, se produjeron ya los primeros episodios de amenazas y de peleas, así como la presencia de personas ajenas al inmueble. Las evidencias sobre una actividad ilícita vinculada al tráfico de drogas fueron creciendo y no pasaron desapercibidas para la Policía Nacional, que en octubre de 2020 realizó una intervención en ese inmueble en el que se descubrió que estaba siendo utilizado como “narcopiso”, al incautarse en su interior distintas cantidades de sustancias estupefacientes. Se saldó con una detención de dos personas, dos hermanos, de los que finalmente uno de ellos llegó a ser condenado el año pasado a tres años de cárcel.
Los vecinos confiaron en que esta intervención podría devolver la normalidad a la zona pero pronto comprobaron que no iba a ser así. A principios de noviembre de ese mismo año 2020 volvieron las peleas. En esta ocasión, al cruce enter la calle San Antoniño y José Millán, al parecer también por problemas de trapicheos de drogas vinculados con este piso.
En 2020 hubo una operación policial contra el trapicheo pero los vecinos denuncian que "la situación sigue igual o peor que entonces"
Tres años después y a pesar de esta operación policial, residentes en la zona aseguran que “la situación sigue igual o incluso peor que entonces”. Los gritos y el ruido se repite todas las noches y el trasiego de personas a la citada vivienda sigue siendo algo fuera de lo habitual. Hasta doce visitas en un día han llegado a contabilizar, por parte de personas ajenas al edificio. Algunos vecinos incluso han observado lo que claramente parecen intercambios de lo que podrían ser sustancias estupefacientes.
Un total de 75 familias tienen que convivir cada día con esta situación en un inmueble en el que, como ocurrió el otro día, padres con niños de corta edad deben volver rápidamente a entrar en sus viviendas cuando observan que en el interior se está produciendo una pelea. Se producen constantes llamadas al interfono de desconocidos que piden que se le abra la puerta que, cuando se les dice para qué, si se han confundido no tienen reparos en decir que “para qué va a ser, para comprar...”, hasta que se dan cuenta de su error y salen corriendo.
El trasiego de gente en el inmueble es constante e insisten en la presencia de menores de edad
La situación ha degenerado ya en un problema de salubridad con deposiciones y suciedad en zonas comunes del inmueble y además los residentes en la zona advierten de que no solo es un problema que les afecte a estas familias, sino que hay muchas en Pontevedra que pueden verse afectadas por esta situación y desconocerlo. “Lo más preocupante –afirman– es la cantidad de jóvenes que acuden a ese piso” en el que no saben lo que pasa pero que tienen fuertes sospechas. “Y muchos parecen menores, algunos sabemos a ciencia cierta que lo son porque incluso acuden con el uniforme de su colegio en el que solo hay cursos para menores de edad”, explican. Los “visitantes” de este inmueble no responden, además a ningún perfil. “No se ven personas solo de mal aspecto, vemos jóvenes de toda clase social y condición”. “Este es un problema grave” para la ciudad”.
El mismo domicilio en el que ya se desmanteló un “narcopiso” en 2020
Los residentes en la zona destacan que la vivienda sobre la que centran sus sospechas es la misma en la que ya en 2020 la Policía Nacional desmanteló unnarcopiso en el que se localizaron distintas cantidades de marihuana, hachís, cocaína, MDMA y material para el cultivo de las plantas de marihuana. Aquel dispositivo, bautizado como “Operación Millán”, finalizó con la condena de uno de los ocupantes del piso a tres años de prisión el pasado año. Sin embargo, tras esta última pelea y el continuo trasiego de jóvenes y personas de todo tipo, los residentes temen que se pueda estar volviendo a realizar algún tipo de actividad ilícita por lo que solicitan a la Subdelegación y a la Policía Nacional que vuelvan a estar pendientes de lo que sucede en esta calle y, concretamente, en este punto. También reclaman la intervención y vigilancia por parte del Concello en lo que respeta a supuestos incumplimientos en materia de tenencia de animales potencialmente peligrosos en una zona en la que hay niños pequeños y también a episodios de insalubridad y falta de limpieza.
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