Vecinos de la zona, ubicada en el distrito de Ciutat Vella, han explicado a Metrópoli que, por el momento, el edificio sin rehabilitar es una molestia que todavía no ha causado grandes problemas. No obstante, sí ven un potencial peligro si no se aplica alguna solución próximamente. "Cientos de palomas anidan en el interior del edificio, se cuelan por sus ventanas y crían", explica a este medio Jordi, un vecino de la calle de Jaume Giralt.
VECTOR DE ENFERMEDADES
"Cada día hay más, que luego se cuelan en el parque y que pueden ser (además de una plaga) un vector de transmisión de enfermedades", comenta, alarmado, y añade que, con el tiempo, las palomas no son las únicas que han anidado en el inmueble: ahora también hay ratas.
El tiempo que lleva abandonado el edificio es tal que ninguna de las fuentes consultadas ha sabido detallar cuánto hace que nadie habita en su interior. No obstante, según han relatado vecinos a este medio, "como mínimo hace una década del abandono". Hace unos cinco años, durante unos meses, un grupo de okupas habitó en su interior. Durante ese periodo, por lo menos "no se acumulaba tanto la suciedad y las plagas", pero los inquilinos no duraron mucho hasta que les echaron.
TAPIADO A MEDIAS
"Sí tuvieron bastante apoyo, se hicieron incluso manifestaciones para evitar que se les desahuciara, comenta el trabajador de un local de un restaurante de la plaza. Ubicado en la calle dels Metges, 16 bis, la propiedad tapió el edificio con placas metálicas en la puerta y ventanas de la planta baja y con ladrillos en el primer piso. A partir del segundo, la degradación, fruto del paso del tiempo, ha terminado con ventanas sin cristales, lo que ha resultado en una suerte de cueva urbana para pájaros y roedores.
Por supuesto, esto afecta a la plaza, lugar donde juegan niños y jóvenes en las mesas de ping pong y el parque infantil, pero también es común ver a personas mayores sentadas en los bancos a la sombra de los árboles. "Durante el día suele estar tranquilo, pero a medida que avanza la tarde, cuando ya no hay tanta gente, van saliendo ratas y ratones a la superficie", cuenta el regente de un negocio de alimentación. "Es un problema porque las palomas suelen colarse en los comercios, están muy acostumbradas a nosotros y no nos tienen miedo, por lo que cuesta echarlas", detalla. Y concluye: a algunas de ellas se las ve muy enfermas y se ponen a muy poca distancia de la comida que vendemos.
REHABILITACIÓN
La imagen del inmueble degradado hace más daño al trazar una comparativa con los edificios aledaños. Por su aspecto, parece un bloque de viviendas propio de la Barcelona del s.XIX, con sus detalles propios del modernismo catalán, todavía visibles en la fachada. Justo al lado, en el número 16, un inmueble gemelo, es decir, con las mismas características, se alza completamente restaurado. Tan es así que, siempre según los vecinos, son pisos turísticos y de alquiler de corta estancia debido a la cantidad de extranjeros a los que se ve entrar y salir con maletas.
Según ha explicado el Ayuntamiento de Barcelona a este digital, sobre el inmueble, de titularidad privada, pesan ya varios comunicados, el último --de urgencia-- con fecha del 28 de octubre, por apuntalamiento provisional e instalación provisional de protección en la fachada, que son las obras mínimas para mantener la finca.
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