Okdiario .......... Miguel Angel Belloso
El Banco Central Europeo pretende subir los tipos de interés entre medio punto y un punto entero en los próximos meses antes de poner fin a la escalada que inició en junio de 2022 y que se ha mantenido desde entonces con aumentos consecutivos sin descanso hasta alcanzar el 3,75 %. «Pensamos que con estos últimos aumentos por decidir, que llevan un tiempo hasta que sus consecuencias se trasladan a los mercados y tienen un impacto directo en la inflación, habremos cumplido con nuestra estrategia y que el crecimiento de los precios se irá acercando hasta el objetivo fundacional del 2%, que es lo que ha impulsado el endurecimiento de la política monetaria», aseguran los medios consultados por OKDIARIO. La conclusión es que el listón del precio del dinero podría llegar incluso hasta el 4,75%., al mismo nivel en el que están ahora en Estados Unidos.
De momento, la inflación ha registrado una resistencia tenaz a ceder, y de hecho en abril volvió a repuntar una décima hasta el 7% en Europa, pero lo que más preocupa al banco central es el índice subyacente -que descuenta los elementos más volátiles como la alimentación y la energía-. Este sigue todavía en torno al 5,7%, que sigue siendo un nivel muy elevado para las pretensiones de la institución de Fráncfort. La entidad vigila estrechamente la evolución del precio de los servicios, que también están en niveles récord, reflejando que la inflación ha contaminado a todo el sistema y demuestra fehacientemente las tensiones de fondo.
En todo caso, los medios citados cuentan con un aliado en su lucha contra la inflación, que es básicamente la razón por la que se prepara para detener ya las subidas de tipos de interés. Éste se llama contracción del crédito, que está siendo muy intensa en toda la zona euro y particularmente en España, hasta el punto de convertirse en una vía complementaria para reducir la evolución de los precios.
De acuerdo con el último informe del banco central, la demanda de crédito de las empresas en España ha caído un 42% en el primer trimestre del año, en comparación con el aumento del 8% registrado entre octubre y diciembre de 2022; la petición de créditos hipotecarios se ha desplomado un 90% frente a la disminución del 20% registrada en el periodo anterior y el reclamo de crédito para el consumo también cae un 42% frente a la desaceleración del 17% registrada en el periodo inmediatamente anterior.
Todas estas cifras están muy por encima de las que ofrecen los otros estados importantes de la Unión Europea como Alemania -donde igualmente los descensos son pronunciados- Italia y también Francia, país en el que los registros contabilizados por el BCE son más moderados. Según las fuentes consultadas por OKDIARIO, esta intensa contracción del crédito tiene que ver con el alto grado de incertidumbre que todavía pesa sobre la economía española, con una tasa de inflación alta y una evolución del índice subyacente -que despeja la volatilidad de los alimentos y de la energía- muy resistente a la baja -en torno al 7%- y que de manera insólita supera a la inflación general, un hecho que no pasa en ningún país del Continente.
La semana pasada, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, aseguró que «estamos caminando hacia la senda final de las subidas de tipos» y reiteró que el Consejo de Gobierno tomará sus decisiones en función de la inflación, con particular atención a la subyacente, además tener en cuenta cómo se transmiten las decisiones de política monetaria e igualmente las nuevas proyecciones macroeconómicas, que la institución publicará en junio. Igualmente, afirmó que el índice subyacente está resultando más «pegajoso», siendo los precios del sector servicios lo más preocupante por su elevada sensibilidad al aumento de los salarios que se está produciendo en toda Europa.
En todo caso, la presidenta Christine Lagarde, declaró días después de su número dos, que el Consejo de Gobierno acometerá con valentía el actual tramo del ciclo de subidas de tipos de interés y tomará las decisiones «delicadas» que sean necesarias para devolver la inflación a medio plazo al 2%, un nivel «innegociable» para la responsable del BCE. Lagarde ha advertido de que cuanto más cerca está el final del ciclo de subidas, al que aún no ha llegado la entidad, se hace más difícil calibrar el momento, el ritmo y el nivel adecuados para alcanzar el mayor consenso posible entre los miembros del Consejo. «Creo que nos dirigimos hacia decisiones más delicadas en el futuro, pero seremos valientes y tomaremos las medidas necesarias para que la inflación vuelva al 2%».
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