20Minutos
El 24 de marzo de 1882, el microbiólogo alemán Robert Koch anunció que había descubierto el bacilo de la tuberculosis, abriendo nuevos caminos en esta enfermedad que, tras dos décadas a la baja a razón de un 2% anual la mayor parte de los años, ha vuelto a repuntar en los últimos años tras la pandemia. El 24 de marzo es la fecha que se eligió para celebrar, cada año, el Día Mundial de la Tuberculosis.
Los epidemiólogos aprovechan la efeméride para advertir de "un cambio de tendencia al alza en la incidencia de tuberculosis tras el descenso sostenido de los últimos años". Desde la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) y la Fundación Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona (fuiTB) recuerdan que España se situó en 2021 como segundo país con mayor incidencia de la Europa occidental solo por detrás de Portugal y por delante de Bélgica.
En España, tras el descenso en la incidencia durante los dos primeros años de la pandemia, en 2022 -último año del que hay datos disponibles- la tasa de notificación fue de 7,83 por 100.000 habitantes (3.716 casos). Esta cifra supone un aumento del 1,83% con respecto a 2021 (3.641 casos y tasa de 7,69/100.000 habitantes). Este cambio en la tendencia refleja el primer aumento en la tasa desde 2012 y afecta también a niños menores de 15 años. Sin embargo, si las notificaciones se comparan con los datos de 2015, la cifra desciende un 26% y en menores, un 40%.
En 2022, el mayor número de casos de tuberculosis se registró en hombres (63,6%) y, de estos, los más afectados tenían más de 75 años. Entre ellas, el grupo de edad con mayores incidencias fue el de entre 25 y 34 años. Ese mismo año, la localización fundamental de la enfermedad correspondió a tuberculosis pulmonar (71%) y extrapulmonar (27,4%).
Por comunidades autónomas, los territorios que presentaron mayor incidencia en 2022 fueron Cataluña (12,70), Galicia (11,67) y País Vasco (10,98). En el cuartil de menor incidencia se situaron Extremadura (2,56), Castilla La Mancha (4,29), Andalucía (5,46) y Asturias (5,47). Aún no se dispone de datos publicados sobre el año 2023, pero los epidemiólogos avanzan que "la tendencia sigue aumentando" y que sería importante contar con ellos lo antes posible para completar y profundizar en el análisis de la situación.
Eduardo Briones, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología y médico de la Unidad de Salud Pública de Sevilla, afirma a 20minutos que "hay preocupación" entre el sector sanitario por este cambio de tendencia que atribuye, entre otras causas, al fin de las medidas de prevención de la covid, que sirven también para evitar casos de tuberculosis, enfermedad respiratoria de declaración obligatoria desde principios del siglo XX. Durante el tiempo de la pandemia de coronavirus, además, seguramente se dejaron de notificar casos por la sobrecarga del sistema sanitario. Este cambio de tendencia preocupa a los especialistas porque cuando se da un viraje así, "cuesta más volver a controlarlo de nuevo", advierte.
Briones agrega que los retrasos en los diagnósticos "por la pandemia y porque es una enfermedad que la que se piensa poco" porque ya iba en descenso causan nuevos contagios porque los pacientes no saben que están infectados y sigue haciendo su vida normal transmitiendo la enfermedad a sus contactos. Además, abunda el doctor, existe una "falta de recursos específicos que se retiraron durante la pandemia y probablemente no han vuelto".
Por tanto, tras los cambios derivados de la pandemia, la tuberculosis "sigue siendo una de las enfermedades infecciosas con mayor morbi-mortalidad, sobre todo en los países y grupos más pobres, mientras que en nuestro entorno socioeconómico está poco presente y es, a menudo, ignorada", reza un comunicado difundido por la SEE esta semana.
En este sentido, la SEE considera "prioritario" que en España el Plan de Prevención y Control de la Tuberculosis publicado en 2019 "cuente con la implementación de los recursos suficientes a nivel estatal y en cada Comunidad Autónoma para poder llevarse a cabo". En este sentido, el Ministerio de Sanidad celebró esta semana la tercera reunión del Grupo de Gobernanza Multisectorial del Plan para la Prevención y control de la Tuberculosis en nuestro país, que tiene como objetivo un coordinar acciones para "detener la transmisión de tuberculosis en España y avanzar en su eliminación como problema de salud pública a nivel nacional para el año 2030".
Desde Sanidad destacaron que "la tasa de incidencia de la tuberculosis ha ido evolucionando desde 9,39 casos por 100.000 habitantes en 2019 a 7,83 por 100.000 habitantes en 2022, lo que supera la meta prevista para 2020" del Plan, que abarca el periodo 2019-2030.
La Estrategia 'Fin a la TB' de la Organización Mundial de la Salud (OMS), iniciada en 2015, tiene como objetivos disminuir la incidencia el 50% en el 2025, el 80% en el 2030 y 90% en el 2035. Se basa en la detección temprana, acelerar la cobertura sanitaria universal y en intensificar la investigación. "Estos objetivos no son fáciles, pero son necesarios y son posibles de conseguir cuando se consideran una necesidad de país y se convierten en prioridad de Gobierno", apremian desde la SEE.
Tratamientos
Briones apunta que la vacuna dejó de administrarse en la década de los años 80 porque era "poco efectiva y daba efectos secundarios" que descompensaban la balanza riesgo-beneficio. En cuanto a los tratamientos, estos son orales y "el problema es duran seis meses, por lo que el seguimiento es clave" para que los pacientes lo cumplan.
El epidemiólogo subraya que la incidencia de tuberculosis es "mucho mayor entre los colectivos más vulnerables y marginales, donde es más probable que se den condiciones de hacinamiento". Por ello, los epidemiólogos instan a abordar las desigualdades en la atención a la salud, dotando de más medios a las zonas y colectivos que presentan más incidencia. Asimismo, llaman a mejorar el estudio de contactos y la detección de brotes epidémicos, y a impulsar la epidemiología molecular y genómica en el cribado de poblaciones de riesgo.
La OMS publicó también esta semana su informe anual sobre la enfermedad, realizado por la oficina de la OMS de Europa y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). Sus resultados revelaron que se produjeron casi 7.000 muertes adicionales por tuberculosis entre 2020 y 2022 en Europa. El organismo también atribuye este aumento de la mortalidad a la pandemia y consideró que no se habría producido si los esfuerzos de diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis no se hubieran visto interrumpidos durante la crisis sanitaria de la covid, según lamentó el doctor Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS Europa.
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