Una semana más tarde se detuvieron los otros dos delincuentes que intentaron escapar con la misma maniobra que el primero. Tuvieron la misma poca suerte, porque los dos fueron pillados por la policía. Los jóvenes, marroquíes de unos 20 años, tenían sendas órdenes de prohibición de abandonar el Estado español, aunque por delitos diferentes. El primero de ellos, que fue enviado a Puig de les Basses, tenía abierto un proceso judicial en el Juzgado de Instrucción número 1 de Cervera (Lleida) por una agresión sexual, mientras que el segundo estaba acusado de un robo con fuerza y quedó en libertad.