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Todos los países tienen la necesidad de contar con energía para poder mantenerse en movimiento, satisfacer las necesidades de la población y poder mantener su crecimiento. Sin embargo, este país ha explotado de forma excesiva sus recursos naturales para extraerla, y ahora se está hundiendo bajo el mar.
El valor de un metal hunde a una región
Hoy en día hay muchos estudiosos que están a la caza de una fuente energética poderosa y fácil de obtener. En muchos casos se encuentran en la naturaleza, el problema es que, aunque en apariencia su obtención se realice con un proceso relativamente fácil, puede causar un daño irreparable en el entorno.
Esa es la realidad que se está viviendo en Chile, específicamente en el Salar de Atacama, donde se ha extraído tanta salmuera que se ha hundido a un ritmo de 1 o 2 cm anualmente. La razón de esto es que esa zona posee un yacimiento importante de litio, un metal que se usa para almacenar energía en las baterías.
La energía del litio afecta el Salar de Atacama
Uno de los grandes objetivos que se están planteando muchos países es dejar la dependencia de los combustibles fósiles, debido a que son los principales emisores de gases en el planeta. La cuestión es que resulta indispensable encontrar otra clase de energía que pueda sustituirlos de forma eficiente.
En ese orden de ideas, se ha encontrado que el litio es un metal ligero que tiene un gran potencial electroquímico, posee una altísima densidad y su vida útil es muy prolongada. Por eso son usadas ampliamente en el mercado de las baterías para coches eléctricos, así como también en el de los aparatos electrónicos.
Pero ese elemento no se encuentra en cualquier lugar, y Chile es un país que cuenta con una de las más grandes reservas en el Salar de Atacama, donde se encuentra el 27% de litio a nivel mundial. Para sacarlo hay que bombear los líquidos que se encuentran en el subsuelo y llevarlos a unos grandes depósitos.
Luego se someten a evaporación para obtener el valioso metal. Pero en el transcurso del tiempo que lleva esa explotación, se ha extraído tanto de esos fluidos, que ha disminuido de manera notable el nivel de las aguas subterráneas, lo que ha provocado que el lugar sufra un hundimiento gradual de su superficie.
Se trata de una subsidencia, donde los acuíferos pierden agua, se compactan, disminuyen su porosidad y, finalmente, el lugar se hunde. Este fenómeno no tiene vuelta atrás, así que el litio puede alterar el Salar de Atacama (como sucedió cuando se pretendió transportar energía entre dos países).
Los satélites detectan la caída del Salar de Atacama
Un equipo de la Universidad de Chile detectó, a través de una serie de datos aportados por varios satélites, que el Salar de Atacama perdía un promedio de entre 1 y 2 cm de altura cada año. Mientras que las aguas subterráneas han disminuido su nivel en unos 10 metros a lo largo de 15 años, por la extracción de litio.
Esto se debe a que esa clase de explotación de energía impide que esas aguas del subsuelo se puedan reponer, por lo que la subsidencia ocurre a un ritmo lento pero constante. La importancia de estos análisis es que permiten que ese país procure una mejor gestión, para evitar la pérdida definitiva de ese ecosistema único.
En conclusión, los estudios de la Universidad de Chile detectaron, a través de datos satelitales, que el Salar de Atacama se hunde anualmente entre 1 y 2 cm debido a la cantidad de líquidos subterráneos extraídos para obtener litio como energía (como seguramente sucederá con este lago donde se encontró este metal).
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