Marte ya no es solo un destino, también es un desafÃo arquitectónico. Aunque la colonización marciana sigue siendo un objetivo lejano, los investigadores están explorando soluciones audaces para construir refugios en este planeta hostil. ¿Y si el secreto se encontrara en nuestros propios cuerpos?
El regolito marciano, un polvo mineral omnipresente en el planeta rojo, parece ser un recurso prometedor. Sin embargo, su estructura fina y quebradiza necesita un aglutinante para convertirse en un material de construcción utilizable.
Es aquà donde investigadores de la Universidad Kharazmi en Irán proponen una idea inusual: mezclar este regolito con fluidos corporales, particularmente sangre humana. Inspirándose en las prácticas de la Roma antigua, ellos proponen un material llamado AstroCrete, que posee una gran resistencia.
En la Antigüedad, los albañiles añadÃan sustancias orgánicas, como sangre animal, para mejorar la durabilidad de su mortero. En la actualidad, la albúmina sérica humana, una proteÃna presente en el plasma sanguÃneo, podrÃa desempeñar un papel similar en Marte. Mezclada con regolito, forma un concreto capaz de resistir una presión de 25 megapascales, un rendimiento comparable al del concreto convencional.
Los resultados no terminan allÃ. Agregar orina o sudor, ricos en urea, aumentarÃa aún más la resistencia de este material hasta en un 300 %. Sin embargo, producir AstroCrete sigue siendo un desafÃo: cada astronauta podrÃa proporcionar suficiente plasma en 72 semanas para construir una sola vivienda.
Otras soluciones, como el concreto polÃmero o a base de azufre, figuran entre las opciones exploradas, pero el AstroCrete destaca por su carácter local y reproducible. La impresión 3D podrÃa acelerar su uso, y la incorporación de carbonato de calcio presente en Marte ofrecerÃa alternativas para producir un mortero duradero.
Este enfoque subraya los sacrificios potenciales de los primeros colonos marcianos, quienes estarÃan literalmente llamados a contribuir con su cuerpo para construir un futuro extraterrestre. Los investigadores consideran este un paso hacia la autosuficiencia, esencial para hacer sostenible la colonización.
Aunque esta visión pueda parecer sorprendente, refleja las soluciones creativas necesarias para enfrentar los desafÃos del cosmos. En Marte, la sangre no solo será un sÃmbolo de vida en este concepto, sino también el cemento de los hábitats futuristas.
En la Antigüedad, los albañiles añadÃan sustancias orgánicas, como sangre animal, para mejorar la durabilidad de su mortero. En la actualidad, la albúmina sérica humana, una proteÃna presente en el plasma sanguÃneo, podrÃa desempeñar un papel similar en Marte. Mezclada con regolito, forma un concreto capaz de resistir una presión de 25 megapascales, un rendimiento comparable al del concreto convencional.
Los resultados no terminan allÃ. Agregar orina o sudor, ricos en urea, aumentarÃa aún más la resistencia de este material hasta en un 300 %. Sin embargo, producir AstroCrete sigue siendo un desafÃo: cada astronauta podrÃa proporcionar suficiente plasma en 72 semanas para construir una sola vivienda.
Otras soluciones, como el concreto polÃmero o a base de azufre, figuran entre las opciones exploradas, pero el AstroCrete destaca por su carácter local y reproducible. La impresión 3D podrÃa acelerar su uso, y la incorporación de carbonato de calcio presente en Marte ofrecerÃa alternativas para producir un mortero duradero.
Este enfoque subraya los sacrificios potenciales de los primeros colonos marcianos, quienes estarÃan literalmente llamados a contribuir con su cuerpo para construir un futuro extraterrestre. Los investigadores consideran este un paso hacia la autosuficiencia, esencial para hacer sostenible la colonización.
Aunque esta visión pueda parecer sorprendente, refleja las soluciones creativas necesarias para enfrentar los desafÃos del cosmos. En Marte, la sangre no solo será un sÃmbolo de vida en este concepto, sino también el cemento de los hábitats futuristas.
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