Metropoli
cuando pensamos en bajar los niveles de azúcar en sangre, lo primero que suele venir a la mente es ajustar la alimentación, reducir el consumo de dulces o controlar las calorías. Sin embargo, la ciencia ha puesto el foco en otro aspecto fundamental que quizás no teníamos tan presente: el músculo. Y no, no hace falta ser un deportista de élite para aprovechar este "arma secreta" contra la glucosa alta.
Diversos estudios recientes destacan que el músculo es un órgano clave en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre. ¿Cómo funciona este proceso? Es sencillo: cuando hacemos ejercicio, nuestro músculo utiliza la glucosa como fuente de energía, lo que ayuda a reducir su cantidad en el torrente sanguíneo. Además, el músculo, al contraerse, activa una serie de mecanismos moleculares que mejoran su capacidad para absorber glucosa, sin depender completamente de la insulina, algo que es especialmente importante para personas con diabetes o resistencia a la insulina.
El poder del músculo en acción
El trabajo de la investigadora Margarita Lorenzo nos revela que el ejercicio físico es una de las formas más eficaces de combatir la glucosa elevada. Durante la actividad física, los músculos activan unas proteínas conocidas como transportadores de glucosa o GLUT4, que literalmente "succionan" la glucosa de la sangre hacia el interior del músculo para ser utilizada como energía.
El músculo como "interruptor" de la glucosa
Uno de los hallazgos más interesantes es que el músculo actúa casi como un interruptor que ayuda a regular el azúcar en sangre. Durante el ejercicio, el músculo se activa y "quema" glucosa, lo que tiene un impacto directo en los niveles de azúcar. Según estudios, esta acción es impulsada por una enzima llamada AMPK, que responde a los cambios en la energía celular y se activa con la contracción muscular. Esta enzima juega un papel fundamental, ya que actúa independientemente de la insulina, lo que significa que incluso las personas con diabetes tipo 2 pueden beneficiarse de estos efectos a través del ejercicio.
¿Qué tipo de ejercicio es más eficaz?
No hace falta matarse en el gimnasio para lograr estos beneficios. Tanto actividades como caminar, montar en bicicleta o hacer ejercicios de fuerza en casa son suficientes para mejorar el metabolismo de la glucosa. De hecho, estudios como el de la doctora Lorenzo sugieren que los ejercicios de intensidad moderada promueven una mayor activación de AMPK, mientras que los ejercicios de alta intensidad pueden activar otras rutas que también ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina.
Es decir, el músculo está trabajando en todo momento para regular los niveles de azúcar en sangre, ya sea que estés levantando pesas, trotando o incluso caminando después de comer: la clave está en mantenerse activo.
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