El Volcán Tambora, ubicado en la isla de Sumbawa, Indonesia, es famoso por haber protagonizado la erupción volcánica más masiva y devastadora de los últimos tiempos. Este volcán, alcanzó notoriedad histórica debido al impacto global de su erupción en 1815, considerada la más grande registrada en la historia.
Después de la erupción, su altura se redujo a aproximadamente 2.850 metros sobre el nivel del mar, desde los 4.300 metros que tenía previamente. Alcanzó un nivel 7, la escala más alta registrada desde la antigüedad. La erupción arrojó una enorme cantidad de aerosoles de azufre a la atmósfera, bloqueando la luz solar y reduciendo las temperaturas globales. Este fenómeno causó el "Año sin verano" en 1816, provocando fallos en las cosechas, hambrunas y disturbios en diversas partes del mundo.
El Tambora no es un caso aislado, erupciones masivas, como la del volcán Samalas en 1257, también han enfriado el planeta y alterado la historia humana. Estas erupciones afectan no solo las temperaturas, sino también las lluvias monzónicas, amenazando los sistemas agrícolas de África y Asia.
¿Cuándo va a entrar en erupción el próximo volcán?
Según Markus Stoffel, profesor de clima en la Universidad de Ginebra, hay una probabilidad de 1 en 6 de que ocurra una erupción masiva este siglo. Sin embargo, esta vez, los efectos podrían ser aún más devastadores debido al calentamiento global y a un mundo mucho más poblado. Los científicos advierten que una gran erupción podría provocar un enfriamiento extremo en ciertas regiones, alterar los patrones climáticos y colapsar los sistemas de agricultura, en un escenario similar al de Tambora.
Aunque las erupciones volcánicas liberan dióxido de carbono, su impacto climático se debe principalmente al dióxido de azufre. Este gas puede alcanzar la estratosfera, formando partículas que reflejan la luz solar y enfrían el planeta. En un mundo más caliente, estos efectos podrían amplificarse, además, los océanos podrían sufrir un enfriamiento desproporcionado, alterando aún más los patrones climáticos globales.
Algunas regiones, como Indonesia y Yellowstone en Estados Unidos, están bajo vigilancia, pero el riesgo es global. Actualmente, alrededor de 800 millones de personas viven a menos de 100 kilómetros de un volcán activo, lo que las pone en peligro directo en caso de una erupción masiva.
Los científicos instan a los gobiernos y organizaciones a tomar medidas preventivas. Esto incluye elaborar planes de evacuación, garantizar el suministro de alimentos y realizar pruebas de resistencia ante escenarios catastróficos.
No estamos preparados para el volcán
El impacto inmediato de una erupción masiva sería devastador, destruyendo ciudades enteras y desplazando a millones de personas. Aunque existen sistemas de monitoreo en algunos volcanes activos, muchas áreas volcánicas del mundo carecen de vigilancia adecuada debido a limitaciones económicas y tecnológicas.
Más de 800 millones de personas viven cerca de volcanes activos, muchas en países en desarrollo donde la planificación urbana y los recursos para evacuaciones son limitados. Los científicos advierten que el mundo apenas comienza a comprender la magnitud de los efectos de una gran erupción volcánica.
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