Un nuevo avistamiento de un pez remo (Regalecus glesne), también conocido popularmente como el «pez del fin del mundo» en la costa de Baja California Sur (México) ha avivado mitos y temores sobre su misteriosa relación con desastres naturales.
Esta especie de las profundidades marinas, que rara vez emerge a la superficie, ha sido históricamente vinculada con terremotos y tsunamis. Como consecuencia, ha desatado una ola de especulación entre los habitantes de la región.
Una criatura de las profundidades que raramente se deja ver
El hallazgo se produjo el pasado 9 de febrero en Playa El Quemado. Allí, un grupo de turistas y residentes descubrió un ejemplar de cuerpo alargado y plateado varado en la arena. Robert Hayes, quien registró el suceso en vídeo, relató que intentaron devolver al pez al agua en varias ocasiones, pero este regresaba a la orilla una y otra vez.
El pez remo, considerado el pez óseo más largo del planeta, puede alcanzar los 10 metros de longitud y desplazarse con un característico movimiento ondulante. Aunque el espécimen encontrado era más pequeño de lo habitual, su extraña presencia en aguas poco profundas despertó el asombro de los testigos.
Supersticiones y leyendas: ¿un presagio de terremotos?
Desde tiempos remotos, la aparición de este enigmático pez ha estado rodeada de creencias ancestrales. En Japón, se le conoce como «Ryugu no tsukai». Este nombre significa «el mensajero del dios dragón del mar«, y se dice que su llegada a la costa anuncia terremotos o tsunamis inminentes.
Este mito se vio reforzado en 2011, cuando numerosos peces remo fueron hallados en las playas japonesas meses antes del catastrófico terremoto y tsunami que devastó Fukushima. Aunque esta asociación ha sido ampliamente difundida, la comunidad científica no ha encontrado evidencias sólidas que la respalden.
El Scripps Institution of Oceanography publicó en 2019 un estudio en el que analizó múltiples avistamientos de peces remo y determinó que no existía correlación entre su presencia y la actividad sísmica.
Pez remo: un fenómeno que la ciencia aún intenta explicar
Los expertos sugieren que la emergencia de estos peces en la superficie se debe a causas ambientales más que a advertencias de la naturaleza. Estos animales habitan a profundidades de hasta 1.000 metros y suelen aparecer en aguas costeras cuando están enfermos, desorientados o al borde de la muerte.
El Museo de Florida ha señalado que factores como cambios en la temperatura del océano, alteraciones en las corrientes marinas y fenómenos climáticos extremos podrían ser responsables de su comportamiento errático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario