El Instituto de Investigación 705 de la Corporación Estatal de Construcción Naval de China [CSSC], líder en sistemas de armas submarinas, ha desarrollado un nuevo dispositivo descrito como una bomba de hidrógeno no nuclear. Esta aprovecha un material de almacenamiento de hidrógeno en estado sólido a base de magnesio, conocido como hidruro de magnesio.
En una prueba de campo controlada realizada por investigadores chinos, el dispositivo explosivo de dos kilogramos encendió una bola de fuego que superó los 1.000 grados Celsius y duró más de dos segundos, 15 veces más que una explosión comparable de TNT, según ha informado el medio especializado Bulgarian Military.
Un artículo publicado en la revista en idioma chino Journal of Projectiles, Rockets, Missiles, and Guidance detalla que la prueba marca un salto tecnológico significativo para las capacidades militares de China, planteando preguntas sobre sus posibles aplicaciones y las implicaciones más amplias para la seguridad global. Por ello, el medio especializado señala que genera "preocupación militar mundial". Todo ello en un momento en que preocupa su acercamiento a Moscú en el marco de la guerra rusa contra Ucrania.
"Si bien el dispositivo no depende de materiales nucleares, su capacidad de generar daño térmico sostenido lo posiciona como una herramienta novedosa en la guerra moderna, lo que lleva a los analistas a considerar su papel en las ambiciones estratégicas de China. El artefacto explosivo funciona mediante un mecanismo único que lo distingue de las armas químicas o nucleares tradicionales", apunta Bulgarian Military.
El hidruro de magnesio, un polvo plateado, almacena hidrógeno a una densidad mucho mayor que la de los tanques presurizados convencionales, una propiedad inicialmente explorada para aplicaciones de energía limpia, como las pilas de combustible en zonas aisladas de la red eléctrica.
Al ser detonado por un explosivo estándar, sin embargo, el hidruro de magnesio se fractura en partículas micrométricas, iniciando una rápida descomposición térmica que libera gas hidrógeno. Este gas se mezcla con el aire ambiente y se inflama, creando una bola de fuego incandescente capaz de fundir aleaciones de aluminio.
Según el equipo de investigación, dirigido por el científico del CSSC Wang Xuefeng, "las explosiones de gas hidrógeno se encienden con una energía de ignición mínima, tienen un amplio alcance de explosión y desatan llamas que se extienden rápidamente hacia afuera y se extienden ampliamente".
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