lunes, 26 de mayo de 2025

Todos los modos de arranque en Windows 11: cómo funcionan y cuándo usarlos

 

Windows 11 incorpora una serie de modos de arranque que resultan vitales para recuperar el sistema, resolver fallos graves o diagnosticar problemas, tanto de hardware como de software. Estas opciones suponen una herramienta imprescindible en manos de usuarios avanzados, técnicos o simplemente particulares que quieren resolver por sí mismos ciertos errores sin tener que reinstalar el sistema operativo entero.

Desde la famosa configuración de modo seguro hasta el acceso al entorno de recuperación, las alternativas para arrancar Windows en situaciones complicadas son múltiples. Lo interesante es que algunas de ellas permiten acceder incluso cuando el sistema operativo no arranca del todo, apareciendo una pantalla en negro o quedándose bloqueado durante el inicio. Aquí te explicamos de forma pormenorizada todos los métodos existentes para acceder a estas funciones, qué puedes hacer dentro de cada uno y cuándo te conviene utilizarlo.

¿Qué son las opciones de arranque avanzadas en Windows 11?

El menú de arranque avanzado de Windows 11 es una utilidad poderosa que permite acceder a un conjunto de herramientas diseñadas para la solución de problemas graves o para modificar el inicio del sistema operativo. Algunas de estas herramientas están destinadas a reparaciones automáticas, mientras que otras permiten ingresar en el sistema con configuraciones muy limitadas, como en el caso del modo seguro.

Este menú funciona como un salvavidas cuando Windows no inicia correctamente, ya sea por errores del sistema, controladores conflictivos, malware o incluso tras una actualización mal aplicada. Además, sirve como vía de acceso al firmware UEFI, restaurar el sistema a un punto de control anterior, desinstalar actualizaciones problemáticas o incluso resetear el equipo completamente.

Formas de acceder al menú de inicio avanzado

Windows 11 permite llegar al entorno de recuperación desde diferentes puntos dependiendo de si el sistema es funcional o no. Las formas más conocidas y efectivas incluyen:

  • Desde el menú de inicio: manteniendo pulsada la tecla Shift (Mayús) mientras se hace clic en “Reiniciar”.
  • A través de Configuración: navegando a Configuración > Sistema > Recuperación y pulsando en “Reiniciar ahora” dentro del apartado de inicio avanzado.
  • Usando PowerShell: ejecutando el comando shutdown.exe /r /o desde consola con permisos de administrador.
  • Desde la pantalla de inicio de sesión: igual que en el menú de inicio, se puede usar Shift + Reiniciar desde las opciones de apagado.
  • Ante una pantalla negra o fallos de arranque: forzando el reinicio tres veces seguidas, Windows mostrará automáticamente el entorno de recuperación gracias a la Reparación automática.
  • Usando medios de instalación de Windows: arrancando desde un USB de instalación y accediendo a las opciones avanzadas desde Reparar mi equipo.
  • Con msconfig: a través del comando “msconfig” se puede configurar el arranque en modo seguro de forma permanente (hasta que se desactive).

Cada uno de estos métodos responde a un contexto distinto. Si puedes iniciar sesión, el camino más sencillo y directo es acceder a través de la Configuración del sistema; si estás atascado en una pantalla negra, quizá tengas que forzar varias veces el apagado hasta que Windows entre solo en el modo de recuperación.

Opciones disponibles dentro del menú avanzado

Una vez dentro del entorno de recuperación, podemos acceder a diversas herramientas agrupadas bajo el menú Solucionar problemas > Opciones avanzadas. Entre las más importantes y frecuentemente utilizadas se encuentran:

  • Restaurar sistema: permite volver a un estado anterior del sistema usando puntos de restauración previamente creados, ideal para revertir cambios que causaron fallos.
  • Recuperación de imagen del sistema: restaura el equipo usando una imagen completa generada mediante herramientas de copia de seguridad, recreando exactamente el estado del sistema en ese momento.
  • Reparación de inicio: escanea y corrige automáticamente problemas que impiden que Windows arranque correctamente, como archivos dañados o configuraciones erróneas.
  • Símbolo del sistema: inicia una consola con privilegios de administrador para ejecutar comandos avanzados y resolver problemas específicos.
  • Configuración de inicio: ofrece acceso directo al modo seguro y otras formas de arranque especiales, permitiendo elegir perfiles específicos de inicio.
  • Desinstalar actualizaciones: permite revertir parches o versiones recientes de Windows que puedan estar causando errores o incompatibilidades.
  • Configuración de firmware UEFI: accede a la BIOS o UEFI en equipos modernos sin tener que pulsar teclas durante el arranque, facilitando configuraciones de hardware.
  • Revertir a la compilación anterior: si se ha actualizado el sistema recientemente, posibilita volver a la versión previa en caso de errores tras una actualización.

De todas estas herramientas, la sección de Configuración de inicio se destaca por su utilidad, ya que permite seleccionar diferentes perfiles de arranque, como veremos a continuación.

Modos de configuración de arranque disponibles

Al seleccionar “Configuración de inicio”, el sistema reinicia y presenta un menú con diferentes métodos de arranque. Puedes elegir uno pulsando el número correspondiente o la tecla de función asociada. Estas son las opciones más frecuentes y útiles:

  • Habilitar la depuración: modo dirigido a técnicos, usando conexiones remotas para depurar errores del sistema.
  • Habilitar el registro de arranque: guarda un log con los controladores cargados en el archivo ntbtlog.txt, útil para detectar fallos en controladores.
  • Habilitar vídeo de baja resolución: inicia Windows con configuración mínima de pantalla, útil si hay conflictos con la tarjeta gráfica o controladores de vídeo.
  • Modo seguro: inicia el sistema solo con los archivos y servicios esenciales, siendo la opción más común para solucionar problemas graves.
  • Modo seguro con funciones de red: igual que el modo seguro, pero incluye los controladores de red para acceder a Internet y realizar diagnósticos en línea.
  • Modo seguro con símbolo del sistema: omite la interfaz gráfica, arrancando directamente una consola CMD para operaciones avanzadas.
  • Deshabilitar la aplicación de firmas de controladores: permite utilizar drivers no firmados digitalmente, útil para controladores antiguos o específicos.
  • Deshabilitar protección antimalware de inicio anticipado (ELAM): desactiva la función que impide la carga de controladores no verificados al inicio.
  • Deshabilitar reinicio automático tras error: evita que Windows se reinicie automáticamente en caso de fallo crítico, permitiendo leer los códigos de error y analizar el problema con calma.

El modo seguro se destaca como la opción principal para solucionar problemas, ya que reduce al mínimo la carga del sistema y permite realizar reparaciones sin interferencias externas. En próximas secciones, explicaremos cómo iniciar en modo seguro de forma sencilla y cuándo es recomendable hacerlo.

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