Según el Financial Times, Alemania e Italia poseen la segunda y la tercera mayor reserva nacional de oro del mundo, después de Estados Unidos, con 3.352 y 2.452 toneladas, según datos del Consejo Mundial del Oro. Pero el oro no está ni en tierras germanas ni italianas, la mayoría de los lingotes están al cuidado de la Reserva Federal de Nueva York en Manhattan.
Dada la actual situación económica internacional, con la fluctuación de la Bolsa, el Estrecho de Ormuz protagonista de una guerra comercial única, la tensa calma que acecha incluso a Europa, con tres guerras en sus puertas, ha hecho que analistas y expertos de ambos países europeos se acuerden de sus reservas de oro.
Ambos países almacenan una parte significativa de sus reservas en la Reserva Federal de Nueva York, aproximadamente el 37% en el caso de Alemania y el 43% en el caso de Italia. Esta práctica se remonta a la Guerra Fría y a la confianza en la estabilidad del sistema financiero estadounidense. Sin embargo, debido a la creciente inestabilidad geopolítica y las políticas impredecibles del presidente Donald Trump, Alemania e Italia están considerando seriamente trasladar ese oro de vuelta a Europa.
“Nos preocupa mucho que Trump pueda manipular la independencia del Banco de la Reserva Federal”, declaró Michael Jäger, presidente de la TAE. “Nuestra recomendación es traer el oro, tanto alemán como italiano, de vuelta a casa para garantizar que los bancos centrales europeos tengan control absoluto sobre él en todo momento”.
Dónde está el oro nazi
En cuanto a Estados Unidos, sí se sabe que parte del oro alemán fue trasladado allí tras la guerra, especialmente como parte de los esfuerzos de recuperación y control financiero del Plan Marshall y la reconstrucción de Europa. Sin embargo, no todo el oro alemán de la Segunda Guerra Mundial está en Estados Unidos, y una parte significativa sigue siendo objeto de investigaciones, teorías y búsquedas, como en el caso del legendario “tren del oro nazi” en Polonia.
Qué pasó con el oro de Mussolini
El destino del oro de Benito Mussolini tras la Segunda Guerra Mundial está envuelto en misterio, especulación y algunas certezas históricas. Durante el régimen fascista, Mussolini acumuló importantes reservas de oro, tanto del Estado italiano como de fuentes privadas y saqueos. Sin embargo, al final de la guerra, gran parte de ese oro desapareció o fue confiscado por las fuerzas aliadas.
Uno de los episodios más conocidos es el llamado “oro de Dongo”, que hace referencia al tesoro que acompañaba a Mussolini cuando fue capturado por partisanos italianos en abril de 1945, cerca del lago de Como. Se trataba de maletas llenas de lingotes de oro, joyas, divisas extranjeras y documentos confidenciales. Tras su ejecución, ese tesoro fue presuntamente confiscado por los partisanos, pero una parte significativa desapareció misteriosamente, dando lugar a teorías sobre su destino, incluyendo su posible uso para financiar partidos políticos o su robo por parte de individuos concretos.
Además, Italia también recibió créditos y ayuda militar de Alemania nazi, parte de los cuales podrían haber estado respaldados por oro. Tras la guerra, los Aliados confiscaron activos del Eje, y parte del oro italiano fue recuperado o redistribuido como parte de los acuerdos de paz y reparaciones.
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