El condado de Atrim se extiende por el centro-este de Irlanda del Norte, lleno de sorprendentes paisajes como el Lough Neagh, el lago más grande Gran Bretaña, y la impresionante Calzada de los Gigantes, declarada Patrimonio de la Humanidad. Es en estas tierras donde encontramos también una de las rutas más increíbles de Europa, la ruta de los acantilados de los Gobbins.
Emoción y adrenalina a cada paso y unas vistas espectaculares de la costa, así es este espectacular recorrido a orillas del Atlántico. El itinerario nos lleva a través de acantilados de basalto y puentes de hierro sobre el mar.
Una parada en la Ruta Costera de la Calzada
El origen de la ruta de los acantilados de los Gobbins se remonta al reinado de Eduardo VII, es decir, desde 1901 a 1910. Esta fue diseñada por el ingeniero ferroviario Berkeley Deane Wise en 1902, pero la atracción turística cerró en 1954, arrastrando las consecuencias de la depresión de 1930 y la Segunda Guerra Mundial. Después de un intenso trabajo de renovación, volvió a abrir y ahora "es una parada sumamente popular en la increíble Ruta Costera de la Calzada (de Belfast a Derry-Londonderry)", tal y como indican desde Turismo de Irlanda.
El trayecto tiene una dificultad moderada y una duración de tres horas, en las cuales se recorren tres kilómetros. Para poder acceder, debemos comprar nuestras entradas con antelación por el sitio web oficial o por teléfono. Además, en todo momento nos acompañará un guía profesional para no perdernos detalle de estos maravillosos paisajes.
Puentes, cuevas y precipicios
Todo ello se acompaña con la variada fauna del lugar. Por ejemplo, "los acantilados de los Gobbins albergan la única colonia de frailecillos en tierra firme de Irlanda del Norte", señalan. A ello se añaden otras aves como gaviotas, cormoranes, araos, alcas y halcones peregrinos. En cuanto a la flora, en las rocas podemos ver helechos.
Por otro lado, para quienes prefieran no caminar, pero aun así quieran disfrutar del espectáculo visual que son los acantilados de los Gobbins, existe la opción de hacer un paseo en barco en la zona. Partiendo desde el puerto de Ballylumford, se puede hacer un trayecto de una hora y así contemplar la vida marina que habita estos paisajes, desde focas hasta ballenas.
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