20Minutos
El avispón oriental asusta. Su color cobrizo mezclado con el amarillo potente es cada vez más habitual en Andalucía y el aumento de su presencia (un 30% entre 2023 y 2024, según el proyecto ciudadano Invasión del avispón oriental en Andalucía) ha hecho saltar las alarmas entre los apicultores, que tiemblan cada vez que ven un nido de este himenóptero. "Es una máquina de matar colmenas", explica a 20minutos Leopoldo Castro, miembro de la Sociedad Española de Entomología especializado en avispas. La preocupación no es en vano y es que el sector ha perdido a nivel nacional "un 9% de sus explotaciones en las últimas tres campañas", detalla a este medio Azucena González, secretaria general de UPA Cádiz, según los datos que maneja su organización.
Natural del centro y suroeste asiático (va desde Armenia y Turquía hasta Nepal, India o China), así como de Oriente Medio y Europa oriental (Irán, Grecia o Chipre), estaVespa orientalis fue avistada por primera vez en 2018 en Algeciras. Aunque su presencia en un primer momento parecía puntual, finalmente ha terminado asentándose y convirtiéndose en una especie "imparable" en España, señala Castro.
Desde hace siete años se ha extendido a todas las provincias andaluzas hasta el punto de alcanzar "una densidad importantísima". Esta propagación ha convertido a "Cádiz y Málaga" en las dos provincias foco que mayores problemas están registrando. Sin embargo, no son las únicas, y es que "en Sevilla se ha extendido a gran velocidad", al igual que en Ceuta, explica el especialista en avispas. En otros lugares como Albacete, Barcelona, Alicante, incluso Madrid, también se han localizado algunos ejemplares, aunque por el momento solo son "avistamientos puntuales".
Las abejas, en serio peligro
Los mayores perjudicados por este crecimiento son los apicultores, pues se trata de una especie carnívora que ataca a las abejas melíferas. "Las devoran. Necesitan proteínas para alimentarse y alimentar a sus larvas, por lo que no solo desciende el número de individuos, sino también el de producción", asevera González. Con ella coincide Castro, quien describe la situación del sector en la comunidad sureña: "Está paralizado porque no registra más que pérdidas".
Más allá de los problemas medioambientales que provoca de forma directa, este avispón acarrea indirectamente problemas económicos "muy importantes". "Genera muchos gastos. No solo por lo que hay que hacer para combatir el avispón, sino porque también hay que hacer reposición de las colmenas afectadas", defiende la de UPA.
Uno de sus alimentos favoritos, además, son las frutas con gran cantidad de azúcar, lo que a su vez está mermando a ciertos sectores de la agricultura. "Ataca a la uva, el mango o el higo. Les crea unos agujeros impresionantes que dejan las cosechas totalmente inútiles para su comercialización", lo que también supone una pérdida monetaria, detalla la representante de la organización gaditana.
Su proliferación, aunque en menor medida, está afectado a las personas. Debido a que hacen sus nidos en el suelo, es fácil que alguien pueda pisarlo. "Si se sienten atacadas pican en grupo para defender a sus crías y pueden llegar a ser muy molestas". A pesar de que su mordedura es similar a la de la avispa común española, se han reportado algunos incidentes más notables. "Hay gente que dice que nota como se le paraliza la zona del cuerpo donde le ha picado", afirma González.
Imposible acabar con ellas
Lejos de poder erradicarse, la realidad es que este avispón ya está asentado y "no hay vuelta atrás", explica a este medio Florent Prunier, miembro de la Asociación de Educación Ambiental del Bosque (e investigador del proyecto ciudadano mencionado), quien califica la situación como "un problema grave": "Ya está aquí y aquí se va a quedar. Además, se prevé que se vaya expandiendo con los años hasta todo el territorio".
Este señala directamente a las autoridades gubernamentales, quienes no atajaron el problema en un primer momento: "La Junta de Andalucía no se interesó mucho. No fue proactiva". Dada la situación, el único remedio que queda ahora son las "medidas paliativas": "Solo se pueden quitar nidos de zonas concretas, pero nunca se va a poder erradicar".
González va incluso más allá y advierte del estatus actual del avispón: "Los métodos de control no existen porque no ha sido declarada como especie invasora". Por ello, detalla, no se están realizando controles eficaces ni productos químicos autorizados para combatirlo. "Tenemos un problema en la estrategia de control".
"Desde UPA proponemos la localización y erradicación de los nidos, que haya una monitorización de sus hábitos que nos permita hacer unos estudios científicos para ver qué métodos de control serían más eficaces", añade como propuesta. Sin embargo, reseña que antes debe darse el encuentro entre apicultores, agricultores y el gobierno autonómico. "Nos tendríamos que haber reunido en marzo, pero no se ha convocado esa mesa", zanja.
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