miércoles, 13 de agosto de 2025

La legionelosis se dispara en verano: estos son los lugares donde puedes contagiarte sin saberlo

 



Con la llegada del verano y el incremento de las temperaturas, aumenta también el riesgo de contraer legionelosis, una infección causada por la bacteria Legionella pneumophila, que encuentra en los sistemas de agua templada un entorno propicio para su proliferación. Redes de agua caliente sanitaria, torres de refrigeración o piscinas mal mantenidas son algunos de los lugares donde puede desarrollarse si no se aplican las medidas de prevención adecuadas.

La investigadora Ana Allende, del CEBAS-CSIC, ha explicado que las altas temperaturas estivales favorecen el crecimiento de la bacteria al situar el agua en el rango óptimo para su desarrollo: entre 20 y 45 grados centígrados. «La bacteria tiene su óptimo de crecimiento a temperaturas templadas, entre 20 y 45 °C, y las altas temperaturas estivales pueden situar el agua de ciertos sistemas en ese rango, especialmente si no existe un buen control de la temperatura», advierte la experta.


En este contexto, el agua estancada en tuberías, depósitos o sistemas de climatización en mal estado representa un riesgo considerable. «Otros factores que favorecen su proliferación son la presencia de nutrientes orgánicos, de incrustaciones, de corrosión, y de sistemas en mal estado», añade Allende.

En España, la normativa sobre esta cuestión está regulada por el Real Decreto 487/2022, que obliga a las instalaciones de riesgo a mantener programas de control y a realizar análisis periódicos del agua. «Las autoridades sanitarias llevan a cabo inspecciones oficiales y, ante cualquier caso o brote, se activan protocolos de investigación y control inmediatos», señala.

El contagio por legionela no se produce por ingestión, sino mediante la inhalación de aerosoles contaminados, como los que se generan en torres de refrigeración, sistemas de nebulización o duchas. «Las torres de refrigeración y los condensadores evaporativos son un ejemplo claro, pero también lo son los sistemas de agua caliente sanitaria con acumuladores y depósitos en mal estado, las fuentes ornamentales y los estanques decorativos, así como los jacuzzis y spas, los equipos de humidificación y de nebulización, o incluso ciertos sistemas de riego por aspersión», detalla la investigadora.

En lo que respecta a la salud, los síntomas de la legionelosis incluyen fiebre alta, tos, dolores musculares y dificultad para respirar, similares a los de una gripe. El diagnóstico se confirma mediante pruebas específicas como la PCR, cultivos o detección de antígenos en orina, y el tratamiento se basa en antibióticos como la azitromicina o la levofloxacina. En casos graves, puede requerirse hospitalización.


Para prevenir la infección, Allende subraya la importancia de mantener las temperaturas del agua fuera del rango de riesgo y de realizar tareas de mantenimiento. «Los gestores y los servicios de mantenimiento deben mantener sus sistemas en buen estado […] Los particulares, por su parte, deberían vaciar, limpiar y desinfectar depósitos, termos o acumuladores que hayan estado tiempo sin usarse», concluye.

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