Beteve
17 vehículos sin motor y autoconstruidos han sido los protagonistas de una fiesta en la que la imaginación pasa por delante de la competitividad
La bajada de andróminas ha vuelto a animar un año más la Fiesta Mayor de Huerta. Es, sin duda, la carrera más alborotada de la ciudad y una de las actividades que más risas esparcen entre las familias del barrio. Tras una interrupción de cinco años a raíz de la pandemia, el año pasado la recuperaron y este año se ha mantenido en la programación de la fiesta.
Bajada sin motor
En esta carrera, el atrevimiento y la imaginación para diseñar la andrómina más original pasan por delante de la velocidad. El objetivo es que máquina y piloto no flaqueen rampa abajo y consigan llegar hasta la línea de meta. Hay pocas, de normas, excepto que los vehículos no pueden tener motor y solo pueden recibir el empuje de los participantes. El resto, lo hace la fuerza de la gravedad.
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