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Francia acaba de quitarle todo el protagonismo automotriz a Tesla y las marcas chinas. Lo ha hecho con un coche de carga que funciona de la forma menos pensada. Desde aquel día en que el “padre” del automóvil moderno Karl Benz puso en funcionamiento su Patent-Motorwagen en 1886, el coche forma una parte vital del desarrollo tecnológico de la sociedad. Se ha ensalzado como símbolo de libertad y una muestra clara de innovación. En el pasado, hemos visto cómo los motores de combustión han brillado. Hoy, están siendo reemplazados por los coches eléctricos, pero este motor de sangre podría cambiar el rumbo aparentemente trazado.
Lo que ha logrado Francia aniquila a Tesla y las marcas chinas
Mientras el nuevo Tesla Y asusta a China, Francia se impone con su nuevo coche de carga. Una startup francesa ha presentado un vehículo urbano que funciona con pedaleo asistido. Alberga capacidad para transportar 300 kg de carga y hasta 10 veces menos emisiones que un diésel.
Su nombre es Midipile y, aunque a simple vista es un microvehículo, encierra un concepto mucho más profundo. Ofrece una propuesta realista y eficaz al desafío del transporte urbano sostenible. Localizado entre la bicicleta de carga y la furgoneta eléctrica, este vehículo intermedio con asistencia eléctrica hace un interesante mix.
Su posición de pedaleo semi-reclinada mejora la comodidad del conductor y la eficiencia del pedaleo asistido. El motor de sangre de este coche de carga es el propio individuo, que con la fuerza que hay en sus venas mueve el pedaleo asistido. Esto acotando el esfuerzo y favoreciendo una postura saludable.
La pieza Midipile conlleva un consumo de apenas 2 euros por cada 100 km recorridos. Además, no desprende CO2 ni partículas contaminantes durante su uso. Al compararlo con una furgoneta diésel, reporta emisiones hasta 10 veces menores. De esta manera, contribuye activamente a la reducción de la huella de carbono urbana.
Cómo es el coche por el que Francia está en el punto de mira
Respecto a su peso, es cinco veces menor que el de un utilitario convencional. Con esta característica, disminuye el desgaste del asfalto y acota los niveles de contaminación acústica. Su estructura ha sido diseñada para la reparabilidad a largo plazo, evitando la obsolescencia programada.
Esto extiende su vida útil y abarata de forma drástica los costes de mantenimiento. Así lo transforma en una solución rentable tanto para autónomos como para pequeñas empresas. Todo el diseño de Midipile ha sido creado pensando en versatilidad y adaptabilidad.
Debido a su capacidad de carga de hasta 300 kg y autonomía de 100 km, permite la cobertura de múltiples necesidades profesionales. Algunos de los campos en los que podría implementarse son mantenimiento urbano, logística interna, última milla y eventos a medida.
En cada uno de estos casos, la maniobrabilidad urbana representa un beneficio. Con apenas 1 metro de ancho, es posible circular y aparcar en espacios en los que una furgoneta no puede hacerlo.
Francia ofrece un automóvil intermedio y circular
Conviene destacar que el 90% del vehículo tiene su origen en elementos fabricados en Francia. Esto disminuye su huella de transporte y afianza la economía local. Sumado a esto, el diseño permite su reacondicionamiento indefinido, ubicándose en el extremo opuesto de los productos desechables.
Esta perspectiva circular, donde reparar y actualizar el vehículo forma parte del sistema, es vital para disminuir el impacto ambiental del ciclo de vida completo.
Vehículos intermedios como el de Midipile Mobility cubren una necesidad palpable de las ciudades actuales. La de hallar una opción adecuada que se ubique entre el transporte activo (bicicletas, patinetes) y los vehículos motorizados pesados. Ubicaciones como París, Barcelona o Ámsterdam ya están impulsado este tipo de movilidad. Francia está haciendo historia con este coche de carga, que promete llevar al país muy lejos. En paralelo, se asegura que esta bestia eléctrica ha logrado lo que no se atreven ni a soñar en Tesla.
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