¿Te has preguntado alguna vez por qué, en muchos hombres, el dedo anular es claramente más largo que el índice? Lo que inicialmente nos pueda parecer una mera curiosidad anatómica, esconde una base científica que conecta hormonas prenatales, desarrollo embrionario e incluso posibles relaciones con ciertos rasgos de la conducta y la salud. Distintos estudios, como el publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) o, más recientemente en la Experimental Animals, han arrojado luz sobre este fenómeno.
El papel de las hormonas durante el desarrollo embrionario
Sendas investigaciones resaltan la importancia de la influencia hormonal (especialmente la testosterona, que es la principal hormona sexual masculina, y los estrógenos, una de las principales hormonas sexuales femeninas) en el vientre materno.Los experimentos han demostrado que mayores niveles de testosterona prenatal (también llamado andrógeno) propician un dedo anular (el cuarto dedo de la mano humana contando desde el pulgar y situado entre el dedo corazón y el dedo meñique) más largo en relación con el índice (el segundo dedo).
Cuando los científicos bloquearon la acción de la testosterona en embriones de ratón, la proporción de los dedos adquirió un patrón más “femenino”. Por el contrario, añadir testosterona llevaba a “super proporciones” masculinas, con un dedo anular aún más largo. En el mismo estudio, los expertos observaron que contar con niveles más altos de estrógenos en la etapa embrionaria fomentaban un dedo índice proporcionalmente más largo. De esta manera, la diferencia de sensibilidad a cada hormona explicaría por qué en las mujeres suele invertirse la tendencia y el anular suele ser habitualmente más corto.
El índice-anular (2D:4D)
El cociente entre la longitud del segundo (índice) y el cuarto (anular) dedo se conoce como 2D:4D. En términos generales, un 2D:4D más bajo (con anular notablemente más largo) se asocia a mayor exposición androgénica prenatal y, según los estudios, este rasgo indicaría que el embrión estuvo expuesto a niveles relativamente altos de testosterona.
En el experimento más reciente con ratas con un equipo dirigido por el profesor Hirotaka Sakamoto y la doctora Himeka Hayashi descubrieron que la proporción entre el segundo y el cuarto dedo podía predecir el comportamiento y la preferencia sexual en estos animales. Y que las relaciones tentativas entre un 2D:4D más bajo indicaba mayores tendencias a la sociabilidad con mujeres, o competitividad deportiva. Y, aunque estas correlaciones no determinan un destino fijo, sí sugieren que las hormonas prenatales podrían moldear ciertos rasgos adultos.
Implicaciones para la salud y la conducta
Los investigadores apuntan a posibles relaciones entre la longitud de los dedos y la probabilidad de padecer enfermedades del corazón, ciertos tipos de cáncer o problemas autoinmunes. Sin embargo, estos hallazgos aún requieren consenso científico y mayor investigación.
Como curiosidad, el dedo anular es, precisamente, el dedo de la mano izquierda en el que se coloca el anillo de compromiso porque los antiguos griegos creían que ese dedo albergaba la “vena del amor” que va directamente al corazón (lo llamaban el dedo médico). Anular, de hecho, significa “perteneciente o relativo al anillo” (del latín anularis). Y, también desde la época romana, se relacionaba el dedo anular con la fertilidad masculina. Las evidencias más actuales sugieren que, si la testosterona prenatal es alta, podría influir en rasgos reproductivos (aunque no garantice una fertilidad concreta).
Tal y como comentó la investigadora Marina Butovskaya de la Universidad de HSE en otro estudio publicado en 2021 en la revista Scientific Reports, “la proporción 2D: 4D no puede considerarse un marcador de masculinización universal, pero tiene sentido usarla entre otros indicadores para evaluar los riesgos de la abundancia de estrógenos en los embriones y las posibles consecuencias para la salud humana”.
El hecho de que el dedo anular masculino suela ser más largo que el índice va más allá de la anatomía: revela una “huella” de la exposición hormonal prenatal. Si bien es imposible extraer predicciones concluyentes sobre la personalidad o la salud de una persona únicamente observando sus manos o sus dedos, la literatura científica sugiere que esta proporción dactilar podría correlacionarse con ciertos aspectos fisiológicos y conductuales. Sea como fuere, no todos los investigadores están de acuerdo con esta teoría.
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