martes, 23 de septiembre de 2025

Canal Donde Comer : Dónde comer durante la Mercè: los mejores bares y restaurantes cerca del meollo

  ElPeriodico


Evita digestiones apocalípticas. Estos son los mejores locales en los que repostar cerca de los principales escenarios y zonas cero de las fiestas. Primero la panza, después la fiesta

El mejor pescado frito de Barcelona, el del bar La Plata, cae cerca del meollo del Moll de la Fusta.

Encarar la maratón urbana de la Mercè con el estómago vacío es una temeridad. Afortunadamente, los principales escenarios de las fiestas están rodeados de restaurantes que te llenarán el depósito con producto de calidad, nada de paellas sacadas de un microondas o kebabs de digestión apocalíptica.

Gòtic

En el meollo duro de las celebraciones, la zona de la Catedral y los intestinos del Gòtic, se encuentra Can Bo (Via Laietana, 30), un restaurante que apuesta por la cocina local actualizada en territorio extranjero. La bodega es infinita y se come de narices. Esqueixada, anguila frita y ensaladilla rusa (brutal), opciones obligatorias.

En el interior del Gòtic, no se pùede faltar a Bellafila (Bellafila, 5), uno de los mejores restaurantes de cocina catalana de BCN. Cocina de aquí, sí, pero con el aporte creativo de Jordi Parramon, un cocinero que se sale con el atún marinado, el calamar relleno o la costilla con cerezas. Y si tus amigos modernillos prefieren cena japonesaIkoya Izakaya (Av. Francesc Cambó, 23), a dos minutos de la Catedral, es vuestro destino; robata y sushi de mucha calidad, con el toque de autor de Hideki Matsuhisa: ideal para grupos.

El Raval

Los que vayan a los actos de la Rambla del Raval, están de enhorabuena, porque allí mismo tienen el magnífico restaurante Suculent (Rbla. del Raval, 45). Cocina de autor de producto y altísimo nivel, cortesía de Toni Romero, uno de los chefs más top de la ciudad.

No muy lejos, se encuentra una de las joyas escondidas del barrio: Na Mindona (Riereta, 8), una casa de comidas mallorquina que nutre a los fieles con delicias baleares caseras de gran autenticidad: tradicional, rústico y delicioso. Los que van en pelotón, encontrarán asueto en Assalto (Nou de la Rambla, 44): tapas bien hechas y, lo mejor de la casa, unas carnes prémium para compartir que os subirán la bilirrubina cosa mala. Y que nadie se salte la exquisita 'street food' indonesia que practica Makan Makan (Lluna, 4), un pequeño paraíso culinario a un minuto de la rambla ravalense.

Ciutadella

En las inmediaciones del parque de la Ciutadella, otro punto caliente de las fiestas, tendrás que hacerte hueco a codazos, pero si pones empeño podrás comer en Tlaxcal (Comerç, 27), uno de los mexicanos más auténticos y fiables. No se me ocurre mejor combustible que sus tacos de lengua, chilaquiles y micheladas.

Para los cerveceros, el 'hot spot' es el Barna Brew Born (Basses Sant Pere, 10), un templo de la cerveza estilo belga con excelente cocina tradicional y unos bocadillos de guisos para chuparse los dedos. A dos pasos de la Ciutadella, Fismuler (Rec Comtal, 17) quiere recibir a los más sibaritas de la Mercè. Esta casa no decepciona, ya sabes a lo que vas: a comer su colosal escalope con huevo y trufa y a rematar con su legendaria tarta de queso.

Plaza Catalunya

Por cierto, los valientes que se muevan por plaza Catalunya, tienen un asidero al que aferrarse a escasos 50 metros de la movida. Se llama La Esquina (Bergara, 2) y hace proselitismo sin red de la cocina española de verdad en una zona tomada por el turista. Ensaladilla con tartar de atún, tortilla del día, excelentes guisos y arroces para ponerles un pisito. Un milagro en el infierno.

Antiga Fàbrica Estrella Damm

Y salimos de Ciutat Vella, porque en la Antiga Fàbrica Estrella Damm también se cuecen habas. Lo primero es lo primero, así que el vermut se lo toma uno en Casa Mariol (Rosselló, 442). Ambrosía de la Terra Alta fabricada por la casa, igual que los vinos, otro carburante de elaboración propia que sube el nivel. Y para encontrar buena mesa, habrá que caminar un poquito, pero merece la pena. A menos de 10 minutos, Tipo Tapa (Rogent, 21) se perfila como una excelente opción. Sus tapas de autor convencen, y rebosan amor y creatividad. Por cierto, muy cerca, está Casa Pepi (Sequia Comtal, 7): platillos y cocina catalana de calidad, sin filtros.

Moll de la Fusta

Mi repudio a todos los que se acerquen a los conciertos del Moll de la Fusta y no rindan pleitesía al pescado frito de La Plata (Mercè, 28), leyenda barcelonesa con una minicarta de cuatro elementos que no muta desde hace eones. Y con vermut frío en vaso, a palo seco, como tiene que ser.

Ya que hablamos de clásicos, a cinco minutos del Moll de la Fusta, manda la cocina catalana tradicional de Agullers (Agullers, 8): un restaurante que no me canso de recomendar.

Bogatell

Finalmente, para los que se aventuren en las tierras de Mordor-Bogatell, mi consejo es que se nutran, antes de la guerra, con los soberbios arroces y tapas marineras de Can Fisher (Av. Litoral, 64), una escudería que cumple y juega con producto de entidad. Primero la panza, después la fiesta.

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