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Las foces de Lumbier y Arbaiun se han consolidado como dos de los destinos más recomendables para quienes buscan una escapada de naturaleza cerca de Zaragoza. Situadas en la Sierra de Leyre, en la Navarra prepirenaica, estas gargantas son el resultado de miles de años de erosión fluvial y ofrecen al visitante paisajes imponentes, fauna salvaje y rutas para todos los niveles.
La Foz de Lumbier, un desfiladero entre historia y naturaleza
La Foz de Lumbier es un cañón de más de un kilómetro de longitud excavado por el río Irati entre paredes calizas que alcanzan los 150 metros de altura. Declarada reserva natural, es también un paraíso para la observación de aves rapaces, entre ellas buitres leonados, quebrantahuesos y alimoches.
Uno de los atractivos de este espacio es la Vía Verde del Irati, un sendero de apenas 2,6 kilómetros, totalmente llano y accesible para bicicletas, carritos e incluso sillas de ruedas. El recorrido atraviesa dos túneles excavados en la roca, vestigio del antiguo tren eléctrico que unía Sangüesa con Pamplona, y culmina en el conocido Puente del Diablo, cuyos restos y leyendas siguen despertando la curiosidad de los visitantes.
Quienes buscan una experiencia más completa pueden optar por una ruta circular de 6,4 kilómetros, que rodea el desfiladero por la parte superior y regresa por el interior, ofreciendo una visión panorámica del cañón y del cauce del río. Esta opción, de dificultad moderada, permite apreciar con mayor intensidad la magnitud del paisaje.
La Foz de Arbaiun, el gran cañón navarro
A unos quince kilómetros de Lumbier se abre paso la Foz de Arbaiun, considerada la más espectacular de todas las foces navarras. El río Salazar ha excavado a lo largo de seis kilómetros un desfiladero de paredes verticales que alcanzan los 385 metros de altura. Desde el mirador de Iso, accesible en coche, se obtiene una panorámica sobrecogedora del cañón, que alberga la mayor colonia de buitres leonados de Navarra y sirve de refugio a especies como el águila real o el alimoche.
Más allá de la contemplación paisajística, la Foz de Arbaiun es un escenario ideal para los amantes de la fotografía y la observación de aves. La verticalidad de sus paredes y la sensación de grandiosidad convierten la visita en una experiencia inolvidable, especialmente al amanecer o al atardecer, cuando la luz realza los tonos cálidos de la roca.
Una escapada completa desde Zaragoza
La proximidad de ambas foces a Zaragoza —poco más de dos horas en coche por la A-21— las convierte en una escapada perfecta de un día. La combinación de senderos fáciles, opciones más exigentes y miradores accesibles hace que tanto familias como excursionistas experimentados puedan disfrutar de la visita.
Además, el entorno de la Sierra de Leyre ofrece atractivos complementarios, como el Monasterio de Leyre, una de las joyas del románico navarro, o pequeñas localidades donde descubrir la gastronomía local.
Visitar la Foz de Lumbier y la Foz de Arbaiun no es solo un plan de naturaleza: es adentrarse en paisajes esculpidos por el agua durante siglos, refugios de biodiversidad y escenarios que transmiten la fuerza del Pirineo navarro en estado puro. Una propuesta cercana, accesible y capaz de sorprender tanto a quienes buscan un paseo tranquilo como a los que prefieren perderse en la inmensidad de los cañones.
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