domingo, 21 de septiembre de 2025

Canal Noticias : Vecinos del Raval reactivan su lucha contra los narcopisos: “Estamos peor que en los 80”

 Metropoli


El Raval vuelve a movilizarse. Tras años de batallar contra los narcopisos, un grupo de vecinos ha decidido reorganizarse en una plataforma vecinal para denunciar el repunte del narcotráfico y la delincuencia en el barrio.

Estamos peor que en los años 80”, advierte Miguel Nueva, vecino de la calle Picalquers y uno de los referentes del movimiento, junto a Luz Arantzazu.

Narcopisos, el terror del Raval

La lucha no es nueva. Lo explica a Metrópoli Miguel, un referente vecinal para todos los residentes de la zona, que encuentran en él alguien en quien confiar. "En 2017, se llegaron a contabilizar hasta 130 narcopisos en la zona", recuerda el hombre, que ya por aquel entonces supo que tenía que intervenir ante la extrema degradación de su barrio.

Uno de los ejemplos más graves, explica, se vivió en el número 22 de la calle d’en Roig, donde una mafia llegó a okupar todo el edificio con cinco pisos dedicados al tráfico de drogas.

Caceroladas diarias

En aquellos años, los vecinos se organizaron con caceroladas diarias y dieron lugar a lo que se conoció como Tsunami Vecinal, un movimiento que se extendió a toda Ciutat Vella.

Con el apoyo de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana, consiguieron desalojar el edificio en apenas cuatro meses. "La cooperación era buenísima, la policía fue clave", alaba este vecino.

Mafia dominicana

Este trabajo conjunto logró erradicar entre 2018 y 2019 hasta 70 narcopisos, pero la situación cambió a partir de 2020, en pandemia: el problema volvió a crecer y, según denuncian los afectados, en los dos últimos años “se ha descontrolado otra vez”.

Ahora, los vecinos de calles como Picalquers o Roig aseguran que existen al menos cinco narcopisos activos, gestionados por mafias dominicanas.

Todo tipo de drogas

En ellos, tal y como ha podido saber Metrópoli, se vende principalmente heroína y crack, aunque fuentes policiales informan de que ya se detecta la llegada del temido fentanilo.

Los mismos vecinos que presencian las estampas a diario aseguran que muchos consumidores son extranjeros, especialmente italianos que se desplazan hasta Barcelona para comprar droga.

Un día a día insostenible

El día a día, cuenta Miguel, se ha vuelto insostenible: porteros electrónicos destrozados, cerraduras reventadas y el incesante trajín de compradores delatan a los narcopisos.

Los residentes denuncian que alrededor de ellos proliferan las peleas, robos, gritos e incluso armas. Destacan dos personajes: una pareja formada por un chico colombiano y una chica marroquí. "Como se te ocurra llamarles la atención, comienzan a picarte a la puerta de casa incesantemente o te insultan. Se ponen agresivos", relatan los habitantes de las viviendas.

Más visibilidad

Para plantar cara, la plataforma vecinal ha decidido volver a hacerse visible en redes y medios, además de impulsar acciones simbólicas para recuperar dignidad en las calles.

Una de ellas es la instalación de luces LED pagadas de su bolsillo por las calles, ya visibles también en zonas del Gòtic: "Les da otro toque, más luz. Menos peligrosidad", razonan los vecinos. "No vamos a acabar con la droga, pero no nos rendimos”, remarcan.


Vecinos de Picalquers instalando luces LED en las calles 

Más dureza

Los residentes piden más dureza legislativa y voluntad política: “Hay una falta de interés político y las leyes tienen que ser más duras”.

Al mismo tiempo, extienden la preocupación al conjunto de Ciutat Vella, donde apuntan que la Rambla del Raval o la sala Baluard viven situaciones similares.

¿Y cuál es la principal consecuencia de lo expuesto en estas líneas? Que cada vez más familias y jóvenes abandonan la zona ante la espiral de inseguridad y degradación, lamentan los denunciantes. 

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