Un equipo turco de arqueólogos acaba de realizar un increíble descubrimiento en un popular mercado al aire libre conocido como Bitpazarı, en la localidad turca de Kayseri. Durante décadas, este espacio fue utilizado como vertedero, donde los vecinos lanzaban todo tipo de escombros. Sin embargo, bajo las innumerables capas de escombros, los investigadores han descubierto uno de los edificios más grandes del mundo romano construido en Anatolia.
Se trata de un hipódromo, un lugar donde caballos y jinetes competían ante una entusiasta multitud en la antigua ciudad de Cesarea de Capadocia (la actual Kayseri), un pasatiempo muy popular entre los romanos. Con una antigüedad de unos dos mil años, este hipódromo es el tercero que se conoce en Anatolia, tras los descubiertos en las ciudades de Éfeso y Pérgamo.
Los investigadores sugieren que el hipódromo pudo ser construido entre finales del siglo I a.C. o principios del siglo I d.C., posiblemente durante el reinado del rey Arquelao Kristes (36 a.C.-17 d.C.). Como capital de la provincia romana de Capadocia, Cesarea floreció como un gran centro administrativo y cultural, y el hipódromo era el lugar perfecto para que las élites de la ciudad se reunieran, no solo para ver carreras de caballos, sino también para ser testigos de fastuosas ceremonias imperiales.
Preservado para la historia
El proyecto arqueológico, impulsado por la Municipalidad Metropolitana de Kayseri, empezó tras el estudio de las notas y los mapas de viajeros del siglo XIX, pero sobre todo gracias al estudio de un mapa del filólogo y paleógrafo griego Gregorios Bernardakis en el que se había documentado la presencia de una misteriosa estructura con una nota en la que se podía leer: "Circo".
Cuando los arqueólogos municipales de Kayseri superpusieron ese antiguo mapa con imágenes aéreas tomadas en la actualidad, observaron una sutil forma ovalada que se encontraba oculta bajo el paisaje urbano de la ciudad. Los estudios arqueogeofísicos llevados a cabo posteriormente confirmaron la presencia de cimientos subterráneos que eran compatibles con la planta ovalada típica de un hipódromo romano.
Las mediciones preliminares llevadas a cabo por los investigadores sugieren que la estructura medía unos 450 metros, lo que la convierte en uno de los hipódromos más grandes que se conocen en la región. Sin embargo, fotos y mapas de archivo muestran que entre 1950 y 1980 la zona en la que fue construido se convirtió en un vertedero municipal donde se llegaron a acumular hasta veinte metros de escombros.
Aunque curiosamente, según los investigadores, "'este 'entierro' involuntario de la estructura ayudó a su preservación durante el desarrollo urbanístico de la actual Kayseri. Bajo la superficie, los contornos del hipódromo permanecen intactos; sus extremos curvos aún se reflejan en las suaves pendientes que rodean el parque Beştepeler", afirman con alivio.
La profundidad de los depósitos del antiguo vertedero y la actividad del actual mercado representan, sin embargo, auténticos desafíos para los arqueólogos, que llevarán a cabo trabajos de monitorización geofísica y documentación no invasiva que permitan el estudio de la estructura sin alterar la vida cotidiana de los vendedores y compradores que acuden diariamente al bullicioso mercado de Bitpazarı.
Finalmente, tras meses de estudio, el 25 de septiembre de 2025, la Junta de Preservación del Patrimonio Cultural de Kayseri calificó de manera oficial el área como yacimiento arqueológico de tercer grado, lo que garantiza su protección legal a todos los efectos.

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